26 abril, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Reflexiones desde el norte: Biden: ¿el Presidente Transformador?

Rafael Bravo

Por Rafael Bravo 

“But the U.S. government has a technology, called a printing press (or, today, its electronic equivalent), that allows it to produce as many U.S. dollars as it wishes at essentially no cost’’. 

‘’Pero los Estados Unidos tienen una tecnología llamada impresora (u hoy su equivalente electrónico), que le permite producir cuantos dólares quiera esencialmente a ningún costo’’ 

Bern Bernanke expresidente la Reserva Federal  

Los primeros días de la presidencia Biden han sorprendido hasta los más escépticos en su intención de convertirse en un mandatario transformador. Es cierto que aún es muy temprano para saber si su agresivo plan de gobierno será una realidad, porque son varios proyectos de gran envergadura los que se están cocinando para que el país no solo recupere el ritmo de la economía, que la pandemia efectivamente pueda controlarse y que la inequidad no sea el azote de los pobres. Lo cierto es que desde ya los analistas e historiadores comienzan a comparar a Biden con Franklin Delano Roosevelt-FDR y Lyndon Johnson. 

Roosevelt con el New Deal propuesto en 1933 que sacó al país de la Depresión y el caos con medidas de apoyo económico y Lyndon Johnson en la década de los 60 con su reconocido programa la Gran Sociedad, donde el papel del gobierno fue decisivo en el combate a la pobreza, con la creación del Medicare que otorga beneficios a los retirados y el Medicaid que cubre la salud a los niños y con ayuda federal es manejado por los estados. El gobierno Johnson además logró aprobar las principales leyes protegiendo los derechos civiles. 

Esos esfuerzos de Biden por conformar la Gran Sociedad 2.0 no son nada fáciles, teniendo en cuenta el ambiente político reinante en Washington, donde los partidos no encuentran el consenso, convirtiéndose en oposición cualquiera sea el presidente de turno. La bancada republicana no quiere saber nada de los proyectos que tiene en mente Biden y los demócratas en asuntos vitales como infraestructura, inmigración y derechos de los votantes. El partido republicano pasa su mala hora pues el electorado mayoritariamente no importa el color, está en sintonía con lo que Biden se propone ejecutar. 

La ley estatal que acaba de ser aprobada en el estado de Georgia por los republicanos restringiendo el acceso de los votantes a las urnas, es una afrenta a la democracia con la intención de hacer que las minorías negra, hispana y asiática encuentren obstáculos a la hora de votar. Bueno es recordar que Georgia fue el estado donde el trumpismo perdió las elecciones además de elegir a dos senadores de filiación demócrata, en un hecho sin precedentes en más de cuatro décadas. 

Lo más revolucionario de la agenda presidencial es que está concentrada en una población que no vota, no opina, ni es motivo de los titulares de prensa: los niños. Durante casi medio siglo la población de menores ha sido abandonada por los distintos gobiernos y si el plan logra ser puesto en marcha, habrá un sistema de cuidado infantil que les permitirá a los padres buscar trabajo sin la preocupación de quién, cómo y dónde dejar a sus hijos. El costo de una guardería en los Estados Unidos es prohibitivo. 

Desde ya la presidencia Biden va dejando huella en la forma como se gobierna y en el propósito de mejorar la vida de los ciudadanos. El primer paso fue la aprobación de la ley donde se destinan 1.9 billones dólares para combatir el COVID, con amplias medidas para combatir la desigualdad. Cerca de tres de cada cuatro ciudadanos aprobaba esta iniciativa. Aunque no se conocen los detalles del segundo proyecto en ciernes, se busca modernizar la infraestructura de carreteras, poniendo énfasis en un plan de energías limpias, siguiendo con educación superior gratuita, así como un sistema universal de educación preescolar. Un paquete que llegaría a los tres billones de dólares que serían financiados con nuevos impuestos. 

Si bien Biden y su bancada se muestran decididos a hacer realidad los proyectos, el trámite debe pasar por un congreso paritario donde se requieren 60 votos, algo por lo visto hasta ahora un imposible. El legislativo norteamericano ha tenido unas normas y costumbres que ya no funcionan por la polarización existente. Aunque es prematuro pensar en la abolición de las practicas obstruccionistas que requieren de los 60 votos para que se aprueben las iniciativas del ejecutivo, los demócratas insisten en que con la mayoría simple basta. Un paso riesgoso cuando se es minoría. 

Al presidente Biden lo acechan varias amenazas a su programa de gobierno. La llegada masiva de inmigrantes, en su mayoría centroamericanos, no será algo que el país acepte y mucho menos la oposición. Un éxodo contenido por las políticas de Trump que separó a familias y dejó a miles estancados en México. La gran masa de indocumentados son jóvenes y niños no acompañados que buscan llegar a los Estados Unidos en busca de un mejor futuro. La patrulla fronteriza se ve incapaz de contener semejante avalancha de inmigrantes y los centros de detención se asemejan a cárceles hacinadas que no atinan a brindar condiciones dignas. 

En el plano internacional, China representa un reto enorme por su fortaleza económica e influencia global. Beijing quiere estar al mismo nivel como potencia dentro del plan de Xi Jinping de hacer que ese país lidere en ciencia y tecnología para 2025. En el primer encuentro entre diplomáticos en Alaska el delegado chino sin rodeos afirmó: ‘’ los Estados Unidos ya no tienen la calificación para hablarle a China desde una posición de fuerza’’. En palabras sencillas, ‘’ya no merecen respeto’’. 

Finalmente, la sombra de un aumento en la inflación en razón al mayor gasto y la cantidad de dinero en circulación sería un impuesto con incidencia negativa para la gente. La Reserva Federal y la Tesorería por el momento descartan un alza de los precios, pero de aprobarse el segundo paquete de medidas, el escenario tendría otro color. Quienes en principio dudaron de las capacidades e intenciones del ‘’tío Joe’’ y su administración, tendrán que reconocerle su decisivo empeño por hacer de su ambiciosa agenda ‘’Reconstruir Mejor’’, un gobierno de transformación en una apuesta por la niñez, la modernización y el combate a la pobreza.