26 abril, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Que está leyendo Gardeazabal: el sabio Soler es colombiano

@eljodario 

Cuando uno puede darse el lujo en 602 páginas de contar, de manera prodigiosa y muy agradable, su experiencia como astrónomo en laboratorios de Estados Unidos, Canadá y Europa mientras va participando en la construcción de unos globos singularísimos que se lanzarán en el Polo Sur para que midan a 39 kilómetros de altura lo que nadie antes ha medido en el borde de lo que llamaban la estratosfera y, al mismo tiempo, intercalando con habilidad de novelista y de curtido historiador los relatos de los primeros seres humanos que llegaron al Polo Sur, desde Charcot hasta Scott y sus no siempre felices expediciones. Cuando se tiene entre sus manos un libro de esas características y en donde hay espacio para entender, al estilo Carl Sagan, el avance de la ciencia y además suficiente sentimiento para conmover al lector con las historias de los perros que hay que sacrificar para poder alimentar a los otros y devolverse en el trineo que los sobrevivientes usan. Pero, sobre todo, cuando entre medio de tanto y tan amplio y burbujeante conocimiento científico del libro, hay lugar a narrar la historia conmovedora del perro noruego “Coronel” que acompañando a una expedición o a la otra se convierte en el primer, y quizás único, perro que va al Polo Norte y después al Polo Sur y vive 13 años más en manos de Oscar Wisting honrado y aplaudido por Noruega. Cuando todo esto pasa, no hay la menor duda para el lector que quien escribió el libro es un sabio o un genio.  

Y ese escritor es el astrónomo colombiano Juan Diego Soler, que ahora trabaja en Italia en el Instituto de Astrofísica Espacial y que algunos hemos leído en los últimos años en sus notas de divulgación científica en El Espectador y pillado de vez en cuando como comentarista en CNN. 

Encontrar entonces un libro de esta calidad, donde se consigue el equilibrio descriptivo de la ciencia lejana y se despierta el sentimiento de afecto del lector me lleva a incitar a su lectura para  aplaudir sonoramente al sabio compatriota, físico graduado en los Andes y en Toronto, pero alcanzable en su sapiencia con este texto que no vacilo en recomendar a mis oyentes y lectores.

Escuche al maestro Gustavo Alvarez Gardeazábal.