Peor el remedio que la enfermedad

Por Carlos Mario Restrepo Tamayo

Colombia es un país que se sabe levantar de las cenizas. La tenacidad, energía y emprendimiento de sus gentes fueron los factores fundamentales para superar la crisis que nos dejó la pandemia…

Pero no es el momento para que el Banco de la República, en su afán de controlar el Indice de Precios al Consumidor, que, si bien es una de sus principales funciones, se desborde con altas tasas de interés en un momento difícil agudizado por la crisis política.

El aumento en los niveles de riesgo en Colombia, medido por los Credit Default Swaps (CDS), debido al entorno local de nerviosismo provocado en gran parte por las salidas desafortunadas del presidente y de muchos de sus ministros, agravado en los últimos días con los escándalos de la campaña presidencial por el supuesto ingreso de dineros del narcotráfico, explican a las claras  la decisión de los fondos de capital extranjero de reducir su portafolio de los títulos de la deuda púbica, TES, en 4.7 billones en los últimos días.

En buena hora Bancolombia ha tomado la decisión de rebajar las tasas de interés para sus clientes de tarjeta de crédito, ejemplo que ya ha sido anunciado por Davivienda, Banco de Bogotá, Occidente y a la cual se unirán el resto de entidades del sector financiero, con toda seguridad. Este aire de optimismo a la economía del país, debe ser asumido por todas las entidades que estén en condiciones de aportar esfuerzos para desempantanar la crisis generada por la inflación.

Es la hora de unir esfuerzos entre el sector público y privado de ocuparnos de los temas que nos aquejan para sacar adelante y enrutar a Colombia por el sendero de la sana convivencia.

El gobierno tiene que ocupar su tiempo y liderar los grandes temas nacionales que nos generen confianza, crecimiento y desarrollo. No puede ocuparse únicamente en solucionar los problemas de los delincuentes, terroristas y narcotraficantes con su propuesta de la Paz Total.