6 mayo, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

No te verás en ese espejo

 

Por Carlos Alberto Ospina M. (foto)

Exigua credibilidad trae la gente que enarbola la imagen de aparente honradez en función del talante de incontaminados y la sensación de asépticos de espaldas a la turbiedad de la vida cotidiana. De forma tramposa disimulan los intereses con el manto de la reconciliación a sabiendas que en el fondo los embelesa la arrogancia y el propósito de rendición a una determinada doctrina, por lo general, fuera de cualquier piso real.

“¡Oh, dime, noche amiga, amada vieja,

que me traes el retablo de mis sueños

siempre desierto y desolado, y sólo

con mi fantasma dentro,

mi pobre sombra triste

sobre la estepa y bajo el sol de fuego

o soñando amarguras

en las voces de todos los misterios,

dime si sabes, vieja amada, dime

¡Si son mías las lágrimas que vierto!” *

Con el mismo atrevimiento esgrimido para obtener las pócimas mágicas, los brebajes engatusadores y la ponzoña sobre la punta de la lengua, intentan convencer al séquito de que ellos personifican el santo advenimiento. Pretender girar inverso y mirar el contexto más amplio, representa para los ajenos, regresar al oscurantismo. (Lea la columna).