6 mayo, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

No sueltan la teta de las altas cortes 

@CConstitucional @CorteSupremaJ 

En El Reverbero de Juan Paz nos encantan los crucigramas. Pero en esta ocasión, le vamos a pedir a nuestros calificados lectores escudriñar la lista de candidatos a la Corte Constitucional que publicamos hoy, con las siguientes instrucciones: 

Primero, encuentre en la lista de aspirantes a personas que hayan sido consejeros de Estado. 

Luego, busque aspirantes que hayan sido magistrados de alguna de las innumerables otras cortes que coronan nuestra rama judicial. 

A continuación, busque a personas que sean o hayan sido magistrados auxiliares que, por cierto, son centenares, algo de lo que debería hablarse más. 

Finalmente, busque aspirantes que también sean o hayan sido conjueces. 

Si encuentra a alguien de esa lista que no reúna las condiciones anteriores, anótese un punto. 

Este ejercicio, que parece de entretenimiento, puede ayudar a reflexionar sobre temas muy serios: el sistema de reclutamiento de magistrados en Colombia, el perfil de los interesados, la puerta giratoria en la justicia, los obstáculos para la oxigenación de las estructuras judiciales con nuevos talentos, el entramado de roscas de magistrados eligiéndose entre ellos. O sea, los mismos con las mismas. 

La convocatoria la hizo la Corte Suprema de Justicia, para aspirantes a integrar la terna de la cual el Senado elegirá el reemplazo de Gloria Stella Ortiz en la Corte Constitucional 

A propósito de asuntos de interés público: no le hemos escuchado nada a los candidatos presidenciales sobre reforma a la justicia: ¿Pasarán de agache, al igual que este gobierno? 

La lista de personas inscritas es de 81, lo que más parece un directorio de páginas amarillas que un proceso serio de reclutamiento. 

En Estados Unidos, que tienen solo una corte suprema, y no cinco o seis cortes supremas, como aquí, resolvieron integrarla por un presidente (Chief Justice) y ocho jueces asociados (Associate Justices), que son nombrados por el presidente de los Estados Unidos y conformados por del Senado de ese país. La escogencia o reemplazo de uno de esos jueces es un acontecimiento de interés mundial, de una solemnidad y criterios de selección que dan envidia. (La lista). 

Pero aquí, este proceso produce vergüenza.