4 mayo, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

No hay que permitir que la fallida izquierda infiltre la democracia colombiana

@IvanDuque @petrogustavo

Por Sabina Covo

Sabina Covo es una escritora colombiana. Twitter: @sabinacovo

El Nuevo Herald

Manifestantes se reunieron el miércoles 4 de diciembre, 2019 para un tercer ataque contra el presidente Iván Duque mientras los intentos de iniciar un diálogo se prolongaban. Cientos de personas llevaban carteles en un parque en la capital del país.

Latinoamérica se ha ido contagiando. Protestas en Chile, Bolivia y ahora Colombia dejan entrever el descontento social. Pero para muchos la presunta infiltración internacional de parte de los regímenes dictatoriales en Cuba y Venezuela con los apoyos de gobiernos como el mexicano tiene mucho que ver. Analicemos brevemente la situación colombiana.

En Colombia se protestó inicialmente en el día del paro nacional por el llamado “paquetazo” que traía reformas económicas de parte del gobierno del presidente Iván Duque y que para muchos era un golpe duro para la clase media baja. Los recortes tributarios a las grandes empresas también han generado un descontento colectivo. El asesinato de líderes indígenas que para algunos miembros de la sociedad no están siendo protegidos por el gobierno, y de exguerrilleros es parte del descontento colectivo. Así mismo la falta de educación pública asequible y los bajos salarios.

La protesta en Colombia de esta magnitud no se ve desde 1977, y las protestas han seguido pero a menor escala. Congregarse, marchar, pedir y exigir es un derecho ciudadano, pero lo que si no es un derecho es vandalizar, agredir, robar, invadir propiedades. Y es desafortunado, pero eso es lo que se vio en Colombia, a menor escala que por ejemplo en Chile o Bolivia, pero se vio.

El gobierno del presidente Duque, aunque dice no tener pruebas, y su vicepresidenta Martha Lucía Ramírez han denunciado la infiltración de gente que busca desestabilizar a un país que después de tener una historia de conflicto, guerra, y terrorismo se ha estabilizado y está en crecimiento económico, lo cual de seguir así pudiera cerrar la brecha de desigualdad social. La mayoría de los colombianos no quieren un gobierno socialista, o comunista o mucho menos una izquierda corrupta que gana votos con regalos y populismo hacia los más vulnerables. Esto se vio con la derrota de Gustavo Petro en las pasadas elecciones.

Colombia es un país en transición. Muchos no querían las concesiones que el gobierno dio a los ex guerrilleros bajo el ex presidente Juan Manuel Santos, de hecho la mayoría votó que no, pero a pesar de lo que dijo el pueblo igual se otorgaron muchas de estas concesiones. Eso no quiere decir que Colombia no quería la paz. La paz era un deseo del colectivo, pero el acuerdo está tal cual, Y ahora el actual gobierno debe ponerse las espuelas y hacer andar al brioso caballo.

Los primeros meses del gobierno de Iván Duque han debido estar más enfocados en dispersar con políticas y relaciones entre partidos el descontento social del proceso de paz, y en prepararse y adecuarse para la grave cantidad de problemas que heredó, incluido el conflicto de la vecina Venezuela.

Si Colombia no protestaba antes pidiendo soluciones a la desigualdad social era porque estaba muy ocupado resguardándose de la violencia y del conflicto armado, pero ojo, las protestas no es lo que quiere la mayoría. Hay una realidad, Iván Duque tiene bajo su liderazgo un país distinto hoy día. Él, su gobierno y sus asesores deben tomar las riendas de una Colombia distinta, una Colombia que ha iniciado un verdadero proceso de paz.

Y abrir muchos los ojos porque las infiltraciones de la fallida izquierda promovida por Raúl Castro, Nicolás Maduro y el chavismo, Evo Morales, etc., es grave y con aliados dentro de Colombia y guerrilleros en Venezuela y en Cuba es aún peor. Recordemos que para esta gentuza Colombia es la joya de la corona. Y Colombia no quiere eso. Es un pueblo que no se merece ese tipo de gobierno y que ha demostrado lo fuerte que es su democracia.

A luchar por una real Colombia unida y que tenga menos desigualdad social, pero eso sí, que sea de manera democrática.