Por Enrique E. Batista J., Ph. D.
La privacidad y la intimidad son dones humanos preciados. Cuando se habla de información personal, se precisa entenderlo de ese modo, literal, sin rodeos: «personal». La privacidad y el derecho a la intimidad son propiedad y privilegio de la persona; pertenece a ella, razón por la cual generan derechos inviolables. Los muy importantes avances en las neurociencias no pueden interferir con el neuroderecho.
La Fundación de los Neuroderechos (https://neurorightsfoundation.org/) se creó para adelantar su defensa al derecho humano en la era de las neurotecnologías. Promueve esta Fundación la innovación segura y el desarrollo ético de los avances en esos campos. Su meta principal la ha fijado en la protección de los derechos humanos de cada persona y procurar su defensa frente a los usos y abusos de las neurotecnologías. Se precisa anotar que Ll investigación neurotecnológica se realiza hoy, con sentido de bienestar humano, para mejorar las capacidades cognitivas de las personas frente a una variedad de tareas.
Considera la Fundación que cualquier tecnología que grabe la actividad cerebral humana o interfiera con ella es definida como neurotecnología, en la cual tienen cabida especial las interfaces computador – cerebro, con su potencial de alterar a la sociedad en sus fundamentos y también la misma noción de lo que significa ser humano.
Ya es bien sabido que en muy pocos años será posible descodificar el pensamiento a través de actividades neuronales y mejorar la capacidad cognitiva de las personas mediante la conexión del cerebro directamente a ciertas redes digitales. Ante tales innovaciones, la Fundación busca crear conciencia de entre todos de los neuroderechos y resaltar y hacer visibles las implicaciones éticas de esas tecnologías.
Para el efecto ha propuesto cinco neuroderechos: 1. Privacidad mental: Cualquier neurodato, obtenido de la medición de la actividad neuronal, debe mantenerse privado; en caso de que se almacene, existirá el derecho a borrarla una vez la persona lo requiera. La venta, transferencia comercial y el uso de datos neuronales serán regulados de manera estricta. 2. Identidad personal: Deben establecerse fronteras para prohibir que las tecnologías alteren el sentido y percepción de sí misma de cada persona; cuando esas tecnologías conecten a las personas con redes digitales, se puede volver oscura la línea entre la conciencia de la persona y los insumos tecnológicos externos.
3. Libre albedrío: La persona tiene el derecho a mantener el control último y único sobre su propia toma de decisiones, sin manipulaciones o desconocidas intervenciones desde fuentes externas promovidas por las neurotecnologías.
4. Acceso justo al mejoramiento de la capacidad y habilidades mentales: Deben existir lineamientos tanto nacionales como internacionales para regular el uso del mejoramiento mental apoyado en neurotecnologías.
5. Protección contra predisposición o sesgo: Lo quecorresponderá ser una norma en el diseño de los algoritmos empleados en las aplicaciones tecnológicas.
Cómo bien se ha expresado en distintas publicaciones, en realidad no se trata de cinco nuevos derechos, sino que corresponde al resaltamientio de otros ya presentes en los derechos humanos asociados a la libertad, la dignidad de la persona, la protección de la intimidad personal y al desarrollo pleno y sano de la personalidad.
La rápida expansión de la imagenología y tecnologías relacionadas, nos llevan a la necesaria consideración de la protección de la libertad de pensamiento frente a la indebida intrusión de cualquier fuente externa, consideración que ha estado presente por muchos años en distintas sociedades. Hoy se invoca con más fuerza como un derecho ante el inevitable hecho de que, pronto, acelerados desarrollos tecnológicos permitirán leer la mente, los pensamientos de cada persona y su almacenamiento en robustas y poderosas bases de datos.
Serán esos, partes de los esfuerzos para reconocer «La idea de que la mente humana es el último dominio de absoluta protección de la intrusión externa». Por ello, se precisa especial consideración al derecho a la privacidad y libertad cognitiva. Esto frente a la realidad de que avanzados neurodispositivos, como las neuroimágenes y las interfaces cerebro – computador permiten grabar, decodificar y modular las asociaciones neuronales de los procesos mentales. Varias investigaciones muestran que la combinación de tecnologías de neuroimágenes e inteligencia artificial permite leer los estados mentales de las personas, incluidas las intenciones ocultas, experiencias visuales y aun los sueños, procesos que cada vez alcanzan, con reconocido temor, más alto nivel de precisión. (https://rb.gy/3bthwb).
En Rusia, con el apoyo de la inteligencia artificial, se desarrolla un dispositivo
que puede construir una imagen de los que una persona está viendo mediante la inspección de la clase de ondas cerebrales. También es sabido que Elon Musk (dueño de Tesla, diseñador de propuestas de transporte espacial y de Starlink para acceso mundial a Internet con 12.000 satélites), tiene la intención de un implante en el cerebro como desarrollo comercial, el cual habilitará la posibilidad de controlar dispositivos externos con los pensamientos. Facebook, por su parte, desarrolla ya procedimientos para leer la mente. Facebook apoya investigaciones para el desarrollo de interfaces cerebro – computador para tomar los pensamientos de manera directa del cerebro y traducirlos a palabras en la pantalla de un computador, (https://rb.gy/16j1vh, https://rb.gy/1e9drb).
Algunos han anotado que la tecnología para la lectura de la mente no debe emplearse para resolver crímenes, aunque se pueden establecer huellas de actividad cerebral para detectar mentiras mediante la lectura de los pensamientos. Los derechos frente a estos desarrollos tecnológicos han adquirido relevancia cuando se ha sabido que se puede jugar con o robar los pensamientos, lo que ha dejado ser ficción científica. (https://rb.gy/rb5m7o). Ya se ha dicho que podemos tomar la memoria de alguien y sacarla de su cerebro. Los pensamientos podrán ser extraídos de la mente y proyectarlos en una pantalla. (https://rb.gy/se7y8o ,https://rb.gy/et4gk3).
Nos preocupará a todos no sólo la habilidad de algunos dispositivos para crear un puente entre el cerebro y el mundo externo, sino la acumulación de ellos en bases de datos a los que tendrán acceso muchos, creando un serio problema de libertad cognitiva y la imperiosa necesidad de una neurótica, con el agravado problema de que con ellos se hará un mercado de pingües ganancias por voraces empresarios del mundo de los negocios informáticos, empaquetando y vendiendo pensamientos y sentimientos muy sensitivos de las personas. Aparte de los avances que puedan mejorar las condiciones neurológicas de muchos pacientes, está el riesgo que nos lleva al límite, ya señalado, de que el cerebro es el último bastión, la última frontera de nuestra privacidad, de nuestros más íntimos, privados y reservados pensamientos y sentimientos, los mismos que podrán estar en la cantidad de negocios, nada éticos, de los voraces empresarios informáticos. (https://rb.gy/aqeawq).
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