26 abril, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Muchas cifras en los discursos, cero exportaciones a Venezuela 

Jorge Alberto Velasquez Pelaez

Jorge Alberto Velásquez Peláez 

Hace pocos días escribí sobre la reanudación de las relaciones comerciales entre Colombia y Venezuela, y desde entonces, he escuchado y leído muchos discursos de los Maduro, los Benedetti, los Umaña, e incluso de los Bernal, y observado muchas fotografías, que registran sonrisas y abrazos de esos mismos actores, con las dos banderas tricolores de fondo; los medios de comunicación no cesan de repetir los comunicados del gobierno que aseguran un éxito sin precedentes en esta nueva etapa de las relaciones binacionales.  

Pero ya no soy tan optimista como antes, y por momentos pienso que he perdido lucidez mental, o que, como algunos expresidentes, me he convertido en un cascarrabias al que nada le parece bien. Mis hijos me dicen que me ven algo lúcido todavía, y por ello me atreví a escribir esta segunda parte sobre el futuro de nuestras exportaciones hacia el vecino país.  

Tantos discursos, tantas fotos, tantos anuncios y comunicados, pero lamentablemente todavía no se nos dice cómo carajos vamos a recuperar el mercado venezolano, y quizás no se deba ese silencio a un egoísmo comunicacional, sino a que nuestros funcionarios responsables del tema no tienen la menor idea de cómo hacerlo; peor aún, confiesa nuestro embajador Benedetti, refiriéndose al camino recorrido hasta hoy para el restablecimiento de las relaciones bilaterales: «ha sido tortuoso porque realmente es empezar desde cero. No hay aerolíneas, no hay permisos, no hay cómo pasar la frontera. Las tractomulas ya no están en la frontera. Es realmente titánico volver a restablecer las relaciones. No creí que fuera a encontrar todo en cero. Es que todo está en cero”. Y si lo anterior no es suficiente para justificar mi incertidumbre, adiciono que no se sabe el estado de varios de los puentes que permitirán el paso de las gandolas y camiones, que se dice que sólo habrá paso en 2 de los 4 puentes fronterizos en Norte de Santander, y que no habrá paso vehicular, sólo de carga, entre 7 pm y 6 am.  

Sabemos sí de algunas inesperadas concesiones a Venezuela, como comprarle gas, garantizarle la propiedad de Monomeros con una solicitud de compra de parte nuestra, y lo más absurdo e inesperado, que vaya a ser el horrible Nicolás Maduro, desalmado violador de derechos humanos y hampón dictador disfrazado de demócrata, el mediador en un proceso de negociación de paz con sus bandoleros amigos del ELN.  

Petro y Maduro se reunirán el próximo día 26, sin Guaidó y sin conciertos, y lo juro, reafirmarán sus compromisos con la integración binacional, dirán que somos hermanos, y algo muy novedoso se escuchará en esa histórica ocasión: «es más lo que nos une que lo que nos separa»; brotarán muchas lágrimas de emoción bolivariana contenidas por años.  

Allí estará  el dueño de la frontera, el comisionista de todas las operaciones comerciales bilaterales que pasan por Cúcuta y los caminos verdes  cercanos, el gobernador del Táchira, Freddy Bernal, y quizás también, fundido en el gran abrazo de gobernantes y de políticos (sin empresarios), se verá al dueño de Venezuela y del cartel del caribe, Diosdado Cabello. 

Pero, pregunto de nuevo, ¿cómo carajos vamos a logar vender en Venezuela? ¿Cómo vamos a lograr el intercambio de 2.000 millones de dólares que anunció el experto en negocios internacionales, Nicolás Maduro, para lo que resta del año, o 4.500 millones de dólares en exportaciones colombianas que anunció nuestro ministro de comercio para el fin del período presidencial de Petro?  

Vender en Venezuela es fácil. Empresario que quiera vender en ese país solo debe llamarme y yo le digo quién le compra, pero no puedo decirle quién le paga, y tampoco podrán decírselo Benedetti el embajador, ni Umaña el ministro, pues ellos nada saben porque nada han negociado al respecto.  

¿Nos pagarán en dólares? No los hay, lo que encarecerá día a día su cotización, pero… si llegaran… ¿a través de que bancos se transarían, y cómo? ¿O nos pagarán con bolívares? Nadie en Venezuela quiere tenerlos y una vez que los reciben los cambian de inmediato a dólares. ¿Venderemos en pesos? Veamos. Si un empresario vendió su producto en Venezuela el día de la posesión de Petro, por 1.000 bolívares, y ese mismo día le pagaron, recibió $7.378; pero si no fue así, y apenas ayer recibió su pago, este fue por valor de $5.426. Y repito otras inquietudes de mi anterior artículo. ¿Garantizará el dictador mediador la libertad total de acceso al mercado venezolano de los productos nuestros? ¿Garantizará el dictador mediador la no aplicación de regímenes de control de cambios en contra de exportaciones colombianas? ¿Garantizará el dictador mediador que el gobernador del Táchira no interferirá en todas y cada una de las operaciones comerciales que se realicen más allá de Cúcuta?  

Termino con una propuesta que le ayudará al embajador Benedetti, quien no es experto en comercio internacional: nombren urgentemente una  

persona en la oficina comercial de Procolombia, que no sea practicante universitaria, y consúltese la experiencia de alguno de los 500 empresarios que estuvieron exportando exitosamente a ese país, y que sí lo conocen.