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Con la intervención del personero de Medellín, se instaló una mesa de trabajo con el fin de plantear los problemas y las soluciones a la situación que afrontan en la ciudad.
Los indígenas, se comprometieron a concentrarse solamente en el primer piso, pues había indígenas en la segunda y tercera planta cometiendo desmanes.
La alcaldía se comprometió a entregar refrigerios, tal como los indígenas lo solicitaron. La secretaría de la No Violencia se encargará de esto. En cuanto a la Policía, garantizaron que no emplearán la fuerza, mientras se adelanta una mesa de concertación en la cual estarán como garantes la Unidad de Víctimas y la misma Personería.
Durante la instalación de la mesa de trabajo se solicitó la presencia del ICBF que, extrañamente, no estaba desde el inicio a pesar de la cantidad de menores de edad expuestos a alto riesgo de vulneraciones durante los desmanes.
El alcalde Daniel Quintero explicó que la protesta obedecía a que los indígenas exigen que se permita a niños pedir limosna, trabajar en las calles y semáforos, sin que sean controlados o retenidos por las autoridades.
“En Medellín no permitiremos de ninguna forma que se explote, instrumentalice o se abuse niños. No importa que tan violenta sea la protesta”.
“Se realiza una protesta a la que no voy a ceder: una comunidad indígena (saben que los respeto) me pide que los deje usar sus niños para pedir plata, trabajar, hacer bailes a extranjeros hasta altas horas de la noche. En Medellín esto no está y no estará permitido”, expresó Quintero.
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