
Por Rodrigo Pareja (foto)
La corrupción es el tema principal del cual se habla ahora, así como de la mejor manera de combatirla a todos los niveles, hastiado como está el país de ese cáncer que siempre ha existido pero que apenas en los últimos tiempos quedó a la vista y asombro de todos dada la importancia de muchos de los comprometidos en ella.
Y no solo por eso sino por el aprovechamiento calculado que hicieron algunos políticos – aunque muchos de ellos también tengan sus pecados – la corrupción y su enfrentamiento se posicionaron como los temas preponderantes de las últimas semanas.
Y aunque ambas estén entrelazadas y se retroalimenten sin pausa, la inmediatez del escándalo que genera la corrupción con sus protagonistas a veces de la gran élite, ha ocasionado que la otra gran lacra que afecta a Colombia — la inseguridad incontrolable – pase a veces a un segundo lugar de la atención gubernamental y ciudadana.
Cuantitativamente afecta más a la comunidad ésta última, pués aunque en su comisión diaria e incesante, segundo a segundo en las grandes y medianas ciudades no se hable de miles de millones, lo que pierde la gente de la calle puede representar a veces mucho más de lo que se roban los poderosos. (Lea la columna).
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