7 mayo, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

La otra verdad

Por Duván Jaramillo

Hasta mediados del siglo XVIII, (Revolución Industrial), cuando la economía se basaba en la mano de obra y la tracción animal, podría decirse que esta época estuvo marcada por una especie de teletrabajo incipiente de quienes trabajaban por cuenta ajena desde sus casas. Luego, a mediados del siglo XIX se advierte el inicio delempleo organizado en centros de producción, llegando a su máximo desarrollo tecnológico en el siglo pasado, dando inicio a la masiva creación de empresas industriales, comerciales y de servicios, tanto en el sector privado como público.

La transformación digital le abrió paso al teletrabajo en todo el mundo y Colombia no fue ajena a ello. En nuestro país, cada vez son más las empresas que han optado por implementar el Teletrabajo como una forma de organización laboral, capaz de enfrentar los retos del nuevo orden mundial a propósito del advenimiento del COVIS 19; promoviendo la innovación y el uso efectivo de las TIC, convirtiéndose Medellín en verdadero paradigma de ciudad frente a la aplicación de esta figura que fue elevada a norma legal.

Es así como el hoy alcalde de esta ciudad, Daniel Quintero Calle, como Viceministro de las TIC, en 2018 afirmó que, “El Teletrabajo mejora la calidad de vida de las personas, aumenta la productividad y aporta grandes beneficios para el medio ambiente y la movilidad de la ciudad” y, acompañó en su momento, en la firma del llamado “Pacto por el Teletrabajo”, a varias entidades como la Contraloría General de Antioquia, el Área Metropolitana del Valle de Aburrá y los municipios que la conforman; Ruta N, Comfama, Leonisa, Isagen Medellín, Invamer e Industrias Haceb, entre otras, a través del cual se interesaron en el mejoramiento del medio ambiente y a la disminución de unos 5.600.000  viajes que se efectuaban diariamente en Medellín y su Área Metropolitana, para entonces.

Según la Ley 1221 de 2008 (Decreto reglamentario 0884 de 2012), el Teletrabajo es “…[u]na forma de organización laboral que consiste en el desempeño de actividades remuneraras o prestación de servicios a terceros, utilizando como soporte las tecnologías de información y comunicación para el contacto entre el trabajador y la empresa, sin requerirse la presencia física del trabajador en sitio específico de trabajo. Asimismo, establece tres modalidades de teletrabajo o tipo de teletrabajador, que responden a los espacios de ejecución del trabajo, las tareas a ejecutar y el perfil del trabajador.

Teletrabajo Suplementario: Trabajadores con contrato laboral que alternan sus tareas en distintos días de la semana entre la empresa y un lugar fuera de ella usando las TIC para dar cumplimiento. Se entiende que teletrabajan al menos dos días a la semana.

Teletrabajo Autónomo: Trabajadores independientes o empleados que se valen de las TIC para el desarrollo de sus tareas, ejecutándolas desde cualquier lugar elegido por él.

Teletrabajo Móvil: Trabajadores que utilizan dispositivos móviles para ejecutar sus tareas. Su actividad laboral les permite ausentarse con frecuencia de la oficina. No tienen un lugar definido para ejecutar sus tareas.”(www.teletrabajo.gov.co)

No es ningún secreto que este virus “llegó para quedarse” como también lo hizo el H1N1 en 2009; la OMS y médicos epidemiólogos afirman que el covid19 pasará de ser un visitante temporal pandémico a ser residente, es decir, endémico en todo el mundo y con un componente estacional.

Es hora, entonces, de concentrar esfuerzos y diseñar una logística seria, encaminada a la implementación del teletrabajo en Medellín y su Área Metropolitana, particularmente en Medellín, haciendo honor a la ciudad innovadora de 2013. Para lograr el objetivo, no se necesita más que la voluntad y compromiso de sus gobernantes con la posibilidad de expandirse por todo el país. El espíritu y dogmática de la Ley 1221 de 2008 es muy claro. Por citar solo un ejemplo: ¿Cuánto dinero se ha ahorrado el Congreso de la República en pasajes, viáticos, horas extras, combustible, papelería y suministros, servicios públicos, entre otros, ello extensivo a otras corporaciones públicas como los Concejos y las Asambleas de todo el país? Por extensión, la entidades del Estado que verán disminuidos sus ingresos propios, regalías, corrientes de libre destinación, transferencias y del Sistema General de Participación, entre otros, podrán mitigar en parte los esfuerzos socio-económicos materializados con ocasión de la inesperada pandemia, al apremio de los Decretos emanados por el ejecutivo nacional que, dicho sea de paso, han hecho mella en casi todas las entidades territoriales del país.

Varios funcionarios públicos han abanderado la iniciativa del teletrabajo pero ya en forma sistemática y permanente, entre ellos y desde la academia, el ilustre profesor universitario y funcionario adscrito a la Secretaría de Hacienda de Medellín, Dr. Javier Villegas Díaz. Si aprovechamos la coyuntura para implementar esta figura laboral, con seguridad  se verán disminuidos los trancones en la ciudad; a ciertos empleados (no todos) se les podrá asignar un mínimo de tres días de teletrabajo y dos en la oficina, por ejemplo; ayudaremos a mejorar el tema del medio ambiente que es otro virus grande que afecta a nuestra área metropolitana; se podría modificar el horario de las entidades bancarias, el horario de las universidades basado en una mixtura presencial y virtual;  se ahorra tiempo en desplazamientos, dinero asociado a combustible, parqueaderos o transporte público, gastos en alimentación y mejoras significativas en la salud al consumir alimentos que preparan en sus hogares; las personas reducen el estrés derivado del encierro laboral y carga laboral; mejora los lazos familiares; promueve la inclusión de personas en condición de discapacidad; en fin, la lista es interminable pero fundamentalmente es una forma de aprovechamiento de las nuevas tecnologías y recursos TIC, todo ello como medio muy efectivo contra la propagación del covid19.