26 abril, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

La otra verdad

Por Duván Jaramillo: Se anda diciendo que vamos por el mismo camino de Chile, que a la gente hay que escucharla, que dizque el pueblo colombiano despertó de su letargo; la suma de actos vandálicos del 21 de noviembre y siguientes en varias ciudades del país, prostituyeron lo que había sido un ejemplar día de paro nacional caracterizado por el respeto hacia los bienes e instituciones públicas, hasta el punto de que aquéllos salidos de la fila y que asumieron el papel de canalla o atentaron contra esos bienes, fueron repelidos e increpados por los mismos marchantes dando con ello el mejor ejemplo de civismo y cultura ciudadana.

Las instituciones gubernamentales, la iglesia, los gremios y hasta la misma clase dirigente, previendo lo que podía traer para el país un efecto devastador ulterior, se sumaron a voces pidiendo buen comportamiento ante ese inalienable derecho a la protesta propio de un estado social de derecho como el nuestro: Pero, así no fue, los obtusos de pensamiento creen que la protesta surte efecto generando caos e incertidumbre, que hay que dañar los bienes públicos o pintar las paredes porque así más gente se suma y ello genera más destrucción y violencia.

Brillan por su ausencia los congresistas Iván Cepeda, Gustavo Petro, Timochenko, entre otros adalides del pueblo. Los ciudadanos que marchamos pacíficamente el 21 de noviembre queremos verlos llamando al orden social, a la protesta pacífica, al respeto por la república, las instituciones legítimas del Estado, entre otras.

La anarquía se pone en primera fila y los colombianos seguimos siendo tan ignorantes que marchamos creyendo que los problemas del país se solucionan acabando con los utensilios de la cocina. ¿Dónde están los cacerolazos contra los violentos, esos que solo buscan generar caos y violencia después de una marcha pacífica?

En buena hora, el presidente Duque ha convocado al diálogo nacional y los colombianos que quieren la paz debemos rodearlo.