25 abril, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

La izquierda desunida

Dario Ruiz

Por Darío Ruiz Gómez

“Izquierda Unida” supuso en 1986 la fusión del Partido Comunista de España con un sinfín de agrupaciones de troskistas, maoístas, regionalistas, en realidad una mezcolanza de grupúsculos y sectas. A Julio Anguita la versión de un místico materialista se le atribuyó el poder de unificar a estos grupúsculos bajo una sola consigna. Pero algunos sectores se fueron alejando y sólo el caso de la expulsión de Gastón Llamazares sucesor de Anguita llevó a que éste denunciara el totalitarismo que imperaba en Izquierda Unida al señalar que discrepar en este Partido no lleva al diálogo sino a la purga. Perdiendo protagonismo con la aparición de “Podemos” y su bolivarianismo su último director Alberto Garzón acaba de entregar a Pablo Iglesias quien lo ungió como Ministro de Consumo, los restos de este naufragio.

El Partido Comunista italiano desapareció cuando Berlinguer consideró que las razones históricas que lo fundamentaron ya no existían. Esto mismo sucedió en Francia en el momento en que la clase trabajadora desapareció convertida por la industria y sus altos salarios en una clase pequeño burguesa a la cual la “lucha proletaria” ya no le interesaba. Ahora Jorge Robledo acaba de anunciar que con un grupo de amigos(as) ha creado un nuevo Partido que  supuestamente  se separa  de las directrices  del “Polo Democrático” – y debo pensar que también del “Verde”-  y busca unas políticas de Centro, como esclarece Jorge Gómez, sin temor a ser tildados de “derechas” por sus antiguos conmilitones. Para Robledo a quien llegué a conocer cuando éramos profesores de la Universidad Nacional lo de fundar un Partido no parece tan fácil y sobre todo tan claro ya que a medida que nuestra justicia, desde una perspectiva universal de la cual carecía, va esclareciendo la verdad sobre las FARC por voz directa de sus víctimas, e igualmente se descubre lo que supone aún la violencia “revolucionaria” como disfraz de un gran negocio criminal en su asociación con el narcotráfico, hay que decir que  plácidamente  sentado durante décadas en el Congreso fuera de denuncias sin fondo, Robledo nunca se manifestó en contra de estas atrocidades.

Hace dos años en un artículo le preguntaba yo si existía la posibilidad de que se diese una izquierda democrática, pero Robledo continuó más unido que nunca a la sombra de ese ícono de la maldad, como llaman las gentes a Iván Cepeda. ¿De qué se separa Robledo por lo tanto? ¿Dejar a Stalin para volver a Mao? ¿Dónde están sus propuestas y reivindicaciones de los cafeteros pobres, de los campesinos, un estudio de los problemas urbanos? ¿Buscar la Presidencia electoreramente desconociendo al país nacional?

Quien calla otorga ya que la indiferencia como señala Zygmunt Bauman, termina por convertirse en complicidad con los criminales. ¿Representación de FECODE cuando las pruebas Pisa dejan a nuestra educación pública en el último lugar en el mundo y se ha demostrado que los estudiantes(as) solamente asistieron durante los últimos años a la tercera parte de los días de estudio porque el profesorado ha andado en Paros? ¿A quiénes representaría entonces este Partido “Frankestein”? ¿Voltear así, impunemente las páginas de horror que hemos vivido? P.D. Otra payasada más: Lozada el asesino confeso y De Roux el gratuito perdonador, rindiéndole “un homenaje” a Jesús Antonio Bejarano.