25 abril, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Entretelones: Qué tristeza de país

 

Por Rodrigo Pareja (foto)

Ya se han usado todos los calificativos para referirse al atentado perpetrado el pasado jueves en Bogotá contra la escuela de policía “General Francisco de Paula Santander”, sin que todos ellos basten para entender la magnitud de lo sucedido y sus impredecibles consecuencias a corto, mediano y largo plazo.

Siempre se ha considerado que actos brutales de esta naturaleza, concebidos y ejecutados apenas por mentes enfermas, no traen beneficio a nadie en particular y solo dejan desolación, ruina, rabia y un generalizado estado de desesperanza y temor.

Por desgracia en el presente caso colombiano ese axioma no se cumple, y para mayor asombro y desolación, tiene que concluirse que con el bombazo aterrador contra los jóvenes cadetes de la escuela de policía si hubo una gran beneficiada.

Se trata de la innegable y pavorosa polarización que acaba de recibir, con el estruendo de la pentolita, una inyección revitalizadora que la hará más ciega y profunda en los próximos días, para alegría o frustración de unos y otros, según el cristal por donde se le mire. (Lea la columna).