26 abril, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Entretelones: Oye, te hablo desde Riosucio

 

Por Rodrigo Pareja (foto)

Resulta cierto y lógico que las gentes peleen, luchen y hagan hasta lo imposible –legal o ilegalmente– para llegar al gobierno, y poder ayudar desde allí a sus amigos y copartidarios, pues siempre ha existido y existirá el perverso tráfico de influencias.

Pero no por ser esto una constante convertida en algo aceptado con resignación y rabia por los ciudadanos, debe aprobarse que todo un ex presidente como Alvaro Uribe Vélez, haga ostentación descarada de su poder y dicte órdenes, como cualquier amo, a áulicos suyos ahora parapetados en la alta burocracia.

El hecho referido a ese funesto tráfico de influencias protagonizado hace algunos días por el ex mandatario colombiano, a ciencia y conciencia como para que se enterara todo el país de su inmenso poder, además de vergonzoso deja en entredicho la supuesta autonomía de quien ejerce como Presidente.

Si alguna duda quedaba de esa dependencia, que daba para que algunos la calificaran bondadosamente de supuesta, quedó absuelta de manera definitiva con esa llamadita a Miryan Martínez Cárdenas, Directora de la Agencia de Tierras, a quien Uribe le anticipó que enviaría a dos de sus congresistas, encargados de hacerle entrega de una intriguita para favorecer a unos potenciales votantes del viejo Caldas. (Lea la columna).