26 abril, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

El Vía Crucis para recuperar vehículos de los patios del Tránsito

Balmore Gonzalez

@sttmed @QuinteroCalle @AlcaldiadeMed 

Por Balmore González Mira  

Solo es padecerlo para entenderlo; el famoso Vía Crucis o “camino de la cruz” que padeció Jesucristo y que conocemos con sus catorce estaciones, se asemeja, guardadas las proporciones, y sin que esta comparación se me califique como una herejía, a la que viven cientos de ciudadanos que por diversas razones han visto cómo sus vehículos son trasladados por unas grúas a los famosos patios del tránsito en la ciudad de Medellín, que me aseguran son de una empresa privada,  que resulta ser el “servicio” más costoso de la ciudad.  

A ello se suma un servicio de parqueadero igualmente costoso, más la sanción por indebido parqueo. Un día de parqueadero, más la grúa, más la multa, le cuestan a un ciudadano cerca de $700.000, lo que equivale casi un salario mínimo legal mensual vigente. 

Como me comprometí a denunciar estos abusos, debo decir que a muchas personas les toca dejar allá definitivamente su vehículo, pues estos exagerados y abusivos cobros no les permite recuperarlo pues ello equivaldría a un mes sin pagar servicio de agua, energía y sin comida en sus hogares. 

Muchos dirán que para qué dejan mal estacionados los vehículos y eso es cierto, pero si de eso se trata pues la prohibición debería ser para todos y solo basta acudir a ciertos lugares de compraventa de vehículos para saber que han invadido, ya no un solo lado, sino los dos costados de las vías dónde tienen sus negocios y la intransitabilidad que generan allí es descomunal.  

Las inequidades en el tratamiento de estas situaciones en la ciudad merecen unas profundas reflexiones e incluso ser revisadas en el POT del Area Metropolitana del Valle de Aburrá. 

Volvamos a la Secretaría de “inmovilidad”, una vez allí el presunto infractor solo se le da cita virtual, en una página que poco funciona, si la persona está dispuesta a hacer filas, es por lo menos un día de trabajo que pierde. Adicionalmente debe soportar el mal genio de algunos pocos funcionarios que con escasa cortesía responden, espere su turno.  Filas interminables para pagar, que parecen más bien como para pedir limosna. 

Finalmente y esta es de unos turistas que vinieron a la ciudad, tenían planeado regresar a su ciudad de origen un sábado, pero su vehículo fue conducido a los patios un viernes en la tarde por presunto mal estacionamiento a una cuadra de dónde había más de cien vehículos de unas compraventas “bien estacionados”; comenzaron su  Vía Crucis esa misma noche, sábados y domingos no atienden, lograron recuperar su vehículo el lunes en horas de la tarde para viajar el martes, cuatro días después de lo programado, endeudarse con tarjetas de crédito para hotel y alimentación, vueltas en taxi y problemas para regresar a la laborar a su ciudad de origen; muy seguramente les quedarán deseos de volver a la ciudad de la “eterna tumbadera“, de dónde tienen el recuerdo del más mal servicio y donde nos ufanamos de ser los más innovadores del planeta. 

Advierto que amo a Medellín, soy orgullosamente antioqueño, pero en movilidad somos el mayor desastre y todos los días por todo lado, vemos estrechar las calles, sembrar jardines en las vías y atropellar a los conductores.  

Ahora sí debemos preguntarnos en términos de movilidad, ¿para dónde va Medellín?