26 abril, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

El Oasis de la vida: Liberación

 

Por Luis Carlos Correa Retrepo (foto)

Yo libero a mis padres de la sensación de que han fallado conmigo.

Yo libero a mis hijos de la necesidad de traer orgullo para mí, que puedan escribir sus propios caminos de acuerdo con sus corazones, que susurran todo el tiempo en sus oídos…

Yo libero a mi pareja de la obligación de completarme. No me falta nada, aprendo con todos los seres todo el tiempo.

Agradezco a mis abuelos y antepasados que se reunieron para que hoy respire la vida…

Los libero de las fallas del pasado y de los deseos que no cumplieron, conscientes de que hicieron lo mejor que pudieron para resolver sus situaciones dentro de la conciencia que tenían en aquel momento…

Yo los honro, los amo y reconozco inocentes…

Yo me desnudo el alma delante de sus ojos, por eso ellos saben que yo no escondo, ni debo nada, más que ser fiel a mí mismo y a mi propia existencia que, caminando con la sabiduría del corazón soy consciente de que cumplo mi proyecto de vida, libre de lealtades familiares invisibles y visibles que pueden perturbar mi paz y felicidad, que son mis únicas responsabilidades.

Yo renuncio al papel de salvador, de ser aquel que une o cumple las expectativas de los demás…

Aprendiendo a través y solo a través, del amor… Bendigo mi esencia, mi manera de expresar, aunque alguien no me pueda entender.

Yo me entiendo a mí mismo, porque solo yo viví y experimenté mi historia; porque me conozco, se quién soy, lo que siento, lo que hago y porque lo hago.

Me respeto y me apruebo.

Yo honro la divinidad en mí y en ti… somos libres…

Antigua bendición Náhuatl, escrita en el siglo VII en la región central de México, que trata del perdón, cariño, desapego y liberación.

Cuando ayudes a alguien, hazlo dando gracias, pues la vida te ha puesto en el lugar del que da y no en el lugar del que necesita la ayuda.

Vivimos como un día del año nuevo, llenos de ilusiones, deseos de cambios y fuerza para continuar el resto de la vida.

«Que cada día del resto de nuestras vidas sea como un día de año nuevo»

Si pudiéramos mirar en el corazón del otro y entender los desafíos, a que cada uno de nosotros se enfrenta a diario, creo que nos trataríamos los unos a los otros con gentileza, paciencia, tolerancia y cuidado.

Preocúpate más por tu conciencia  que por tu reputación. Tu conciencia es lo que tú eres, tu reputación lo que otros piensan que eres.