26 abril, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

El Oasis de la vida: El ser frente al hacer

 

Por Luis Carlos Correa Restrepo (foto)

«Solo es capaz de realizar sus sueños el que cuando llega la hora sabe estar despierto». León Dandi

Ser humano es de por si un compromiso. No es tan simple como el haber  encarnado en un cuerpo físico que elegimos para habitar en este mundo.

No es tan sencillo como el hecho de realizar una serie de funciones de supervivencia. Tampoco como el aprender algunas habilidades a partir de talentos de los que hayamos sido dotados. Ni mucho menos es reducir nuestra existencia a cuestiones meramente biológicas.

El hecho de ser, ya nos invita a desarrollar un grado de conciencia suficiente como para comprender que somos independientes, y que por tanto debemos desarrollar la capacidad de crear vínculos  o redes de soporte. Esas redes nos permiten cumplir cabalmente con ese pedacito de misión que asumimos, dentro de un plan mayor y al mismo tiempo nos mueve a dejar atrás los miedos o culpas que suelen ser las más grandes fuerzas limitadoras.

Esa invitación es también a renunciar a seguir echándonos a cuestas el lastre del pasado y más bien rescatar la levedad (leve-edad, inocencia, espontaneidad transparencia) que facilite nuestro «hacer» de una manera coherente, clara y orientada al ser-vicio (el ser-vicio del ser) y así de esta manera, permitir que esa estela que dejamos al pasar sea una guía clara para quienes nos sucedan.

Una inspiración y sincronización poderosa pueden ser herramientas fundamentales para tales propósitos y significa que también es menester conservar el entusiasmo y la alegría de cada labor que desarrollemos. Esto es, producir dopamina y serotonina, moléculas de la pasión y alegría respectivamente, para que el motor de la intención, la determinación y el deseo, se mantenga encendido.

Para ser en el hacer debe existir una buena dosis de humildad, sencillez y modestia, que nos permita recordar que estamos conectados con esa fuente principal que dio origen a lo que somos, y además que vale la pena honrar con cada acto el privilegio de ocupar el lugar que nos fue reservado para aportar en el más grande proyecto: ¡LA VIDA!

Lo que parecía imposible, solo está tardando un poco más en manifestarse, esperando pacientemente a que nos dispongamos, porque estamos a solo un pensamiento de cambiar nuestras vidas…

Alejandro Posada Beuth y enviado por Carlos Pulido.