Cada vez que te digan viejo sonríe con el señorío y la tolerancia que te han dado los años. Hazte a la idea que te dijeron «Triunfador», porque es casi lo mismo.
La hazaña más grande de un ser humano es llegar a la meta.
No hay triunfo más grande que vivir la vida completa y tú lo estás logrando, para eso tienes que haber esquivado la muerte muchas veces y haber vencido la adversidad en mil batallas.
Entonces eres un «Triunfador».
Pero sé comprensivo con los jóvenes, ellos tienen mil razones para equivocarse, a esa edad todos nos sentimos eternos y cometemos los mismos errores, no lo olvides ahora, vive con alegría tus años de vida, camina erguido, y con arrogancia que eso no le hace daño a nadie. Millones de personas que vinieron al mundo después de ti, ya no están, sin embargo tú sigues vigente y aún tienes ilusiones, sueños o proyectos, estás más vivo que un niño.
En la eternidad de los tiempos la vida humana resulta tan insignificante, que nacer antes o después no tiene mayor importancia, es su utilidad lo que la hace valiosa.
Cuando sientas nostalgia por el pasado y creas que viviste poco, mira hacia atrás y notarás que fue largo el camino, que tuviste aciertos y errores con penas y alegrías como todos, pero qué importa eso, lo bueno es que lo viviste y eso no te lo quita nadie.
Ahora te toca enseñar lo que sabes, invierte bien tu tiempo, es tu fortuna más preciada, vive para los tuyos, son los seres que Dios te dio como familia ámalos y ayúdalos a ser felices. Si lo piensas bien la vida no tiene otro sentido, por eso cada vez que alguien te diga viejo, sonríe con el señorío y la tolerancia que te dan los años, y cada mañana al despertar agradece a Dios el haberte premiado con tan larga existencia.
Quien como tú «Triunfador»… no todos tienen tu suerte.
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