El Oasis de la vida

Por Luis Carlos Correa Restrepo 

COMENTARIO DE SANDRA PUJOL 

Si observamos con cuidado podemos detectar la aparición de una franja social que antes no existía: la gente que hoy tiene entre 70 y 80 años. 

A este grupo pertenece una generación que ha echado fuera del idioma la palabra «envejecer» porque sencillamente no tienen entre sus planes actuales la posibilidad de hacerlo. Se trata de una verdadera novedad demográfica parecida a la aparición en su momento, de la «adolescencia» que también fue una franja social nueva que surgió a mediados del siglo XX para dar identidad a un grupo de niños, desbordados, en cuerpos crecidos, que no sabían hasta entonces meterse, ni como vestirse. 

Este nuevo grupo que hoy ronda los 70 u 80 ha llevado una vida razonablemente satisfactoria. 

Son hombres y mujeres independientes que trabajan desde hace mucho tiempo y han logrado cambiar el significado tétrico de tanta literatura latinoamericana que le dio durante décadas al concepto del 

trabajo. 

Lejos de las tristes oficinas, muchos de ellos buscaron y encontraron hace mucho la actividad que más les gustaba y se ganaban la vida con eso. 

Supuestamente debe ser por esto que se sienten plenos; algunos ni sueñan en jubilarse. 

Los que ya se han jubilado disfrutan con plenitud de cada uno de sus días sin temores al ocio o la soledad, crecen desde adentro, disfrutan el ocio porque después de años de trabajo, crianza de hijos, carencias, desvelos y sucesos fortuitos bien vale ver el mar con la mente. 

Pero algunas cosas ya pueden darse por sabidas, por ejemplo, que no son personas detenidas en el tiempo; la gente de 60, 70 o 80 cómo es su costumbre, está estrenando una edad que todavía no tiene nombre, antes los de esa edad eran viejos y hoy ya no lo son. 

Hoy están plenos física e intelectualmente, recuerdan la juventud, pero sin nostalgia, porque la juventud también está llena de caídas y nostalgias y ellos lo saben. La gente de 60,70 u 80 de hoy celebra el sol cada mañana y sonríe por sí misma muy a menudo… hacen planes con su propia vida, no con la de los demás. Quizás por alguna razón secreta que solo saben y sabrán los del siglo XXI. La juventud se lleva por dentro. 

La diferencia entre un niño y un adulto; simplemente es el precio de sus juguetes. 

QUE ES EL LUJO 

Creíamos que el lujo era lo exótico, lo caro, lo exclusivo, todo aquello que nos parecía inalcanzable para la mayoría. 

Ahora nos damos cuenta de que el lujo son esas cosas que realmente importan, que quizás no sabíamos valorar y ahora que podemos perderlas o ya las perdimos, las echamos tanto de menos. 

-Lujo, es estar sano. 

-Lujo, es no pisar un hospital, 

-Lujo, es tener a tu familia contigo. 

-Lujo, es tener un plato de comida diario y un hogar. 

-Lujo es tener pláticas con los amigos, 

-Lujo, son las miradas y sonrisas de los seres queridos. 

-Lujo, son los abrazos y besos cuando los podemos dar. 

-Lujo, es poder levantarnos cada amanecer y acostarnos cada anochecer. 

-Lujo es poder rezar, y tener la bendición de Dios, de amar, ¡ser amados!  y de estar vivos. 

Todo eso es un verdadero lujo y ahora lo sabemos…. 

COMPAÑEROS NO ME CANSO DE REPETIR OJO CON OTRA VENEZUELA 

OJO CON LO QUE SE NOS PODRÍA VENIR. ¡DESPERTEMOS!