26 abril, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

El Oasis de la vida

Por Luis Caros Correa Restrepo

HUBO UNA ANTIOQUIA GRANDE Y ALTANERA

Por Jorge Robledo Ortiz – Poeta y periodista.

Nació en Santa Fe De Antioquia en 1917 y escribió el poema:

SIQUIERA SE MURIERON LOS ABUELOS

Hubo una Antioquia grande y altanera.

Un pueblo de hombres libres.

Una raza que odiaba las cadenas.

Y en las noches de silex

ahorcaba los luceros y las penas

de las cuerdas de un tiple.

Si quiera se murieron los abuelos

Sin ver como se amellan los perfiles.

Hubo una Antioquia en que las charreteras

brillaban menos que los paladines.

Una tierra en que el canto de la cuna

adormecía también a los fusiles.

Una raza con sangre entre las venas

pero sin sangre negra entre los botines.

Siquiera se murieron los abuelos

sin ver los cascos entre los jazmines

Hubo una Antioquia donde la alegría

retozaba en los ojos infantiles.

Un pueblo que creía en las campanas

de las torres humildes.

Y respetaba el grito de la sangre

y la virginidad de los aljibes.

Siquiera se murieron los abuelos

Creyendo en la blancura de los cisnes.

Hubo una Antioquia de himnos verticales.

de azadas y clarines.

Un pueblo que veía en las estrellas

dorados espolines

y le rezaba a Dios, mientras la luna

templaba la nostalgia de los tiples.

Si quiera se murieron los abuelos

con esa muerte elemental y simple.