Así parece que fuera el ministro de la Defensa, Guillermo Botero (foto), ya que con cada declaración que da sobre cualquier tema, queda al descubierto que una cosa es vender chucherías y otra muy distinta las armas de la república.
Primero fue su metida de pata al anunciar que era necesario reglamentar la protesta social, algo que apenas puede soñarse en un régimen dictatorial como el del vecino país que está quedando desocupado gracias a que el plátano maduro se está pudriendo.
El ministro colombiano, no contento con semejante introducida de guayo, quiso poner la vara aún más alta, y esta semana se vino conque esas protestas sociales que no ha podido reglamentar, son financiadas por los narcotraficantes.
Con estas salidas en falso del ministro de la Defensa, tan diplomático él, algunos arguyen que el presidente Duque se equivocó nombrando a Carlos Holmes en la Cancillería, pues las designaciones habrían dado mejores resultados si hubiesen sido al contrario. (EJE XXI).
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