7 mayo, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

El Jodario: Vendiendo el sofá @eljodario

 

Por Gustavo Alvarez Gardeazábal (foto)

El eterno cuento del marido cornudo que cuando descubre a su mujer haciendo el amor con su amante en el sofá de la casa en vez de echarla a ella prefiere poner en venta el sofá, se va a repetir en Colombia dentro de una semana. Por una determinación que toman las electrificadoras del Cauca, presionadas quien sabe por quién, se suspenderá el servicio de energía a todos los usuarios rurales de cinco o seis municipios del siempre ofuscado norte del Cauca. La medida, muy parecida moralmente a la del decreto que se inventaron para modificar el artículo de la ley que la Corte finalmente tumbó, dizque busca acabar con el pesebre productor de marihuana criping que hay establecido en invernaderos en esa región colombiana a la que el estado no puede entrar a impedir el cultivo.

Como la marihuana se ha sembrado hace siglos en esa zona y como desde cuando tuvieron la semilla de la criping el negocio requirió más técnica y más eficiencia para poder competir a los bajos precios que tiene la yerba, los cultivadores comenzaron a usar bombillas led para mantener las plantas engañadas  y creciendo como locas las 24 horas del día. No se necesita ir Totoró adentro ni rio Palo arriba para verificar. Con llegar a Cali en un vuelo nocturno el pesebre es inconfundible desde el aire por su impacto luminoso. Los genios que ordenan esta burrada pretenden disminuir su producción dizque a la mitad cortando el servicio de energía a todas las áreas rurales. Por supuesto, las plantas eléctricas a diesel y la energía solar ya han sido previstas por los cultivadores y los que no se les miden a ese reemplazo en vez de cultivar una hectárea van a sembrar dos pero solamente 12 horas diarias. Obviamente todas las otras fincas donde no se cultiva marihuana les tocará quedarse sin luz generando desequilibrio social, perturbaciones de orden público y crasa injusticia. Después no pregunten por qué salen a cerrarles el paso en la carretera de Cali a Popayán.

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PURA CARRETA

Doña Natasha Avendaño, superintendente de Servicios Públicos, le dijo a El Tiempo que el argumento que siempre habíamos acogido de que en la Costa Atlántica existe la cultura del no-pago y que, por eso, empresas como Electricaribe se quiebran es “pura carreta”. Usando cifras de hábil vendedora de cosméticos demuestra que los antiguos dueños de Electricaribe hicieron un gran trabajo mediático al volver su caballito de batalla esa mentira porque “Unión Fenosa tenía hace 10 años un recaudo del 96%”. Y corrobora afirmando que es tan falsa tal premisa que los proveedores de gas y agua tienen recaudos del 98%.

Eso sí, advierte que el problema es de pérdidas negras porque la red eléctrica es mala y que como no la blindaron ni la protegieron (es decir, los de Gas Natural no metieron billete) resultó muy fácil hacer las conexiones piratas en las barriadas y robarse la energía. Pero subraya que hay apartamentos de estrato 6 que tienen el bypass para piratear la electricidad que consumen los aires acondicionados. Y repite “el problema no es cultura del no-pago, sino de ilegalidad”.

Semejantes declaraciones son el soporte para defenderse de la demanda internacional contra Colombia que ha presentado  Gas Natural pero sobre todo cambian radicalmente el panorama para quienes quieren comprar Electricaribe. Doña Natahsa dice que a los interesados, tanto extranjeros como colombianos, ella les puso en aviso de esta verdad de puño que enfrenta al mito creado de que en la Costa no les gusta pagar. Es probable entonces que quienes se midan a la puja por quedarse con la empresa acepten que deben hacer una gran inversión  en actualización y vigilancia de redes para evitar tales fraudes. El ejemplo ya lo dio hace varios años la EPSA en Buenaventura, donde había más conexiones piratas que las que hay hoy en el barrio Mandela de Cartagena. Es cuestión de método y voluntad.

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