26 abril, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

El Jodario: 200 años  @eljodario

 

Por Gustavo Alvarez Gardeazábal (foto)

Bañado en la contagiosa desidia que nos gobierna, el país cumple sin inmutarse 200 años de haberse independizado realmente del imperio español. La batalla de Boyacá ha sido tenida así por historiadores colombianos e ibéricos y aunque bélicamente no pasó de ser un enfrentamiento menor, sus efectos sirvieron para mitificarla. Los colombianos, empero, no lo consideran mañana así y salvo por los esfuerzos que han hecho los medios de comunicación, aupados obviamente por la pauta oficial, poco o nada parece rompernos la abulia en que hemos caído.

Si hubiésemos pensado en grande, desde el 2010 cuando celebramos en otro tono los 200 años del grito de independencia, habríamos planificado la inauguración mañana de las obras fundamentales con que nos han mamado tanto gallo: el túnel de La Línea, el Metro de Bogotá y la Ruta del Sol. No fue posible por una u otra causa que los gobernantes de todos estos años lo entendieran así. Los políticos menos. Nos hemos embarcado en los últimos 16 años en una batalla polarizante, en conseguir con la guerra o con las negociaciones la paz tan anhelada y se nos olvidaron los mitos patrios, las grandes obras y el empeño nacional en salir adelante. Dicen que vamos en esa dirección pero viéndolo bien no hemos pasado de ver repetir una y otra vez  la ominosa actitud del general Santander, cuando se bajó del caballo en Santa Fe luego de la Batalla de Boyacá, y se pagó por delante, y sin ningún recato, los servicios prestados a la causa libertadora quedándose con la Hacienda de Hatogrande expropiándosela a un viejo cura español que era su propietario. Pero ni de esas verdades ni de tantas mentiras que nos mitificaron vamos a hablar mañana, 200 años después.

URIBE EQUIVOCADO

No creo que alguien sepa si el expresidente Uribe toma las determinaciones por pálpito o luego de consultar con sus áulicos. Pero el hecho que circule desde este fin de semana en las redes un video donde el senador  Uribe  le da el apoyo al candidato Jorge Castaño para la alcaldía de mi pueblo me permite afirmar que quienes consultó no son sus amigos o que su pálpito le falló. Estoy seguro que si el expresidente hubiese leído mi columna “ Los Toderos” del 26-06-2019 donde hacía eco al hallazgo de la Contraloría General de la República sobre la prodigiosa ASPRESSA, la agremiación sindical prestadora de servicios que se inventaron en Tuluá, 20 días antes de posesionarse el actual alcalde, para contratar con ella  un mes después hasta completar 54 mil millones a dedo en 3 años, y cuyo representante legal era el candidato que ahora Uribe y el alcalde respaldan, no habría metido las de caminar dándole ese apoyo.

Dado que Uribe no leyó mi columna ni el informe de la Contraloría ni averiguó  con sus insensatos seguidores sobre  la mayúscula desproporción contractual de ASPRESSA. Y como tampoco creo que le vaya a pedir información al Contralor Córdoba, le recuerdo públicamente al expresidente que esa agremiación sindical no paga impuestos ni de renta ni patrimoniales ni prediales ni de timbre. Pero sobre todo, que sus “ganancias” exorbitantes (14 mil millones en el solo 2018) se pueden repartir o entre sus afiliados fantasmas o de alguna sofisticada manera llegar a la caja de la campaña del candidato del Centro Democrático. Si es lo primero, ha sido una forma inescrupulosa de ganar tanto dinero con los impuestos de los tulueños, lo que a usted doctor Uribe le queda muy mal patrocinar como estilo de gobernar. Si es lo segundo, se ve muy feo que usted y el CD financien candidatos con las platas que tienen semejante origen. Corrija su equivocación si es que puede.

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