26 abril, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

El Contraplano: El Tiempo, entre la periferia y el centro

Por Orlando Cadavid Correa

(ocadavidcorrea@gmail.com)

Por primera vez en la historia centenaria de El Tiempo –el principal diario del país– no estarán bajo el mismo techo, a partir del 2020, sus dos músculos vitales: de un lado, la rotativa; del otro, la redacción.

En su nueva época, los talleres de impresión funcionarán en una espaciosa edificación, que ya se está adecuando en Mosquera, población cercana a Bogotá, a 18 kilómetros de la metrópoli capitalina.

Se trata de un municipio relativamente cercano, por la calle 13, abajo de Fontibón, a unos 10 minutos de distancia. Se cree  que en los próximos años quedará absorbido por Bogotá. Desde el 2005 está en su área metropolitana.

Los técnicos indican que es indispensable adecuar el nuevo terreno para poner la rotativa, y eso gasta sus días, hasta que se nivele el piso.

La redacción operará, pero con algunas variaciones, en pequeñas oficinas en el centro bogotano, y, en algunos casos, desde las residencias de los periodistas sobrevivientes de la adelgazada plantilla del influyente matutino. ¡Efectos de las redes sociales!

Los redactores compartirán oficinas con el personal del área administrativa y con el departamento de publicidad. De lo que se habla es de instalar unas pocas oficinas de coworking –trabajo compartido– y con empresas que manejarán determinadas actividades, como diagramación, contabilidad y administración.

Con este cambio, el magnate Sarmiento Angulo se ahorrará parqueaderos, restaurante, celadores y aseadores. Lo que dan por seguro es que los redactores, fotógrafos y otros empleados trabajarán desde sus casas, apoyándose en Internet.

Estas insospechadas innovaciones llegarán 108 años después de la fundación del influyente matutino bogotano, ocurrida en 1911, por iniciativa del empresario manizaleño Alfonso Villegas, quien poco tiempo después le vendería el periódico por cinco mil pesos, a comienzos del siglo, a su cuñado Eduardo Santos, el esposo de doña Lorencita Villegas.

La mudanza se presentará tras 41 años de funcionamiento de El Tiempo en su enorme  sede de la Avenida El Dorado, número 59-70, inaugurada el 26 de octubre de1978. Este proceso se inició con la paulatina reducción de las plantas, tanto físicas como de personal. Según cálculos del periodista Norberto Patarroyo, director del semanario digital “El Muro del Patán”, de la Casa Editorial han sido despedidos más de 450 empleados, entre periodistas, fotógrafos, camarógrafos y diseñadores.

Los cambios que adelanta la organización Sarmiento Angulo también generan angustias laborales en la celebración de nuevos contratos con sus empleados con distintas razones sociales. A quien no le guste la nueva determinación, puede encontrar su carta de despedida en la caja de la recepción.

El cotidiano ajustará su sistema con motivo de las nuevas tendencias del internet, y copiará a los grandes diarios que también han hecho considerables cambios. Lo más fijo es que el trasteo sea después de Navidad, y que,  por lo menos, se quedarán en la actual sede unos seis meses más.

En la gran manzana que será abandonada, se va a construir un gran complejo empresarial, con hotel, restaurantes, y oficinas bancarias, algo parecido a lo que hizo el desaparecido tabloide El Espacio con su edificio, vecino por muchos años del diario de los Santos.

La apostilla: El periodista Guillermo Romero Salamanca, quien nos apoyó en este trabajo de campo, plantea este interrogante: La única duda es qué pasará con la urna que fue enterrada en 1983 en El Tiempo con 1.408 objetos y que se espera que sea abierta en el año 2052.