Entre los pocos oficios en los que suelen aparecer de la noche a la mañana “colegas”, los mismos que los medios “gradúan” porque “aquí el periodista es usted”, es el periodismo. A otros los “gradúa” el desconocimiento de las audiencias confundidas, y algunos otros se meten al oficio por obra y gracia de un “reconocimiento” definitivamente inmerecido.
Se celebra en Colombia el 9 de febrero, tradicionalmente, la fecha que exalta la labor de relatar, bajo distintos formatos, hechos, descubrimientos, resultados, declaraciones, eventualidades, etcétera, de la manera más objetiva posible. En la academia se forman entonces, periodistas puros que se dedican en su vida profesional a divulgar contenidos informativos que les llegan de fuentes directas. Hacen reporterismo, seguimiento a noticias, investigan y llegan hasta las entrañas mismas de la verdad noticiosa, en los mejores casos.
También las facultades de comunicación educan profesionales para obtener el título de Comunicadores-Periodistas y que, por lo tanto, pueden ejercer bien sea el periodismo, o bien las relaciones corporativas; en este caso, están preparados para trabajar en los medios de comunicación, al igual que en entidades, empresas o instituciones. Para estos últimos, conocidos como relacionistas o comunicadores institucionales, su compromiso es suministrar a los periodistas esa información que precisamente necesitan hacer llegar a las audiencias a través de los distintos medios de divulgación.(Lea la columna).
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