26 abril, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Economía, empleo y variante Delta

Rafael Bravo

Por Rafael Bravo 

“Covid is not the flu. But if you’re vaccinated the virus feels like the flu’’ 

“El Covid no es influenza. Pero si usted está vacunado el virus se siente como la influenza’’ 

Momento para hablar de economía, empleo y la peligrosa cepa Delta. Cuando todos le apostaban a un respiro con cifras a la baja en los contagios, aparece la variante que se quiere entrometer a aguar la fiesta. Las cifras de empleo en todo el mundo cambian de negativo a positivo y los cerca de un millón de empleos nuevos en los Estados Unidos en julio le dan un respiro a gobiernos y sector privado. La tasa de desempleo reportada fue del 5.4% que si bien sigue siendo alta representa una disminución importante con respecto a meses anteriores. Es por el momento un camino hacia la recuperación. 

Lo bueno de estos guarismos son los aumentos en los salarios beneficiando a quienes laboran en el sector servicios que se ha visto afectado por la baja participación pues las empresas no consiguen contratar un número suficiente de trabajadores para suplir sus necesidades. En Estados Unidos 4 de cada 10 empresas consideradas pequeñas tuvieron que subirla remuneración. 

Mucho se ha discutido si el impacto de los subsidios al desempleo es una de las razones para que no haya estímulos en la búsqueda de trabajo. Ello se viene traduciendo en una mayor capacidad de negociación que empuja hacia arriba los salarios para una población que los necesita con urgencia. Hasta donde podrá el sector productivo continuar ofreciendo mejoras salariales y no afectar los resultados financieros es algo incierto. 

El frenesí de empleos generados se ha venido consolidando en el sector de la gastronomía, bebidas y hotelería. Este último con 380 mil plazas y el primero con 250 mil. Europa que confiaba en el turismo como su principal motor de recuperación enfrenta una amenaza con la reaparición del virus y América Latina apenas empieza lentamente a abrir espacios donde la mano de obra ayuda a bajar la desocupación. La informalidad que es responsable por la absorción de grandes masas de personas se convierte paradójicamente en un alivio a la pobreza y el desempleo. 

Las economías estarían creciendo con todo su vigor si no fuera por los problemas de logística y falta de chips provenientes de Asia. Amplios sectores dependientes de estos elementos atraviesan dificultades para no sólo ensamblar sus productos, sino que la estabilización de las cadenas de suministro tardará tiempo para su estabilización. El comercio exterior ha sido otro motivo de preocupación por el aumento de los costos de los fletes, la entrega oportuna de bienes en razón a los cuellos de botella en puertos y la concentración de contenedores en las rutas que sirven a las exportaciones desde Asia. 

Pero la plaga que ahora en su más feroz mutación avanza peligrosamente por el mundo se convierte en el enemigo a vencer por gobiernos y comunidad científica. India epicentro de contagios y muertes masivas, desarrolló la variante Delta abriéndose paso rápidamente por ese país para luego aparecer con fuerza en Gran Bretaña y recientemente con intensidad en los Estados Unidos donde muchos no vacunados se convierten en los principales focos de propagación. 

Esta población de escépticos prohijados por políticos de la derecha cuyos intereses personales están poniendo en peligro la salud y futuro de la reactivación, está produciendo un aumento en el número de contagios y muertes en Florida y otros estados del centro del país. La batalla entre quienes recomiendan el uso de tapabocas y sus opositores argumentando un atentado a las libertades individuales, se ha trasladado al terreno político lo que podría dar al traste con la recuperación del empleo. 

La comunidad científica ha comparado la velocidad de contagio de la variante Delta con la viruela por lo que muchos en el sector empresarial están obligando a sus empleados a vacunarse o someterse a pruebas mensuales para comprobar que no tienen el virus. Algunos bares y restaurantes han ido más allá haciendo mandatorio el porte de mascarillas cuando se ingresa a esos sitios. No puede ser que por la ignorancia u obstinación de unos tengamos que volver a encerrarnos, a sacrificar vidas y empobrecer a tantos que pierden sus trabajos.