Tal vez no exista registro alguno en la historia, de un presidente de la República, sometido a una presión tal, como la que está viviendo Iván Duque (foto), pero de su mismo partido que lo llevó a la Presidencia.
Que ahora hayan resultado unos “nuevos viejos amigos” como el exvicepresidente Germán Vargas, aliado con sus inocultables enemigos como Roy Barreras, Armando Benedetti y el liberalismo en pleno, vaya y venga… Y que ahora Vargas se vea sentado a la izquierda o a la derecha de Petro. También vaya y venga. Pues se sabe que si no hay clientelismo y mermelada, nada funciona. Se ha visto en todos los gobiernos.
Pero que desde su mismo partido, el Centro Democrático, el presidente Iván Duque sea sometido a “un intenso fuego amigo”, no es fácil entender.
Son muchos los comentarios generados por las críticas que le lanzó el expresidente, senador y jefe de esa colectividad Álvaro Uribe por el acuerdo firmado entre el gobierno Duque con los indígenas del Cauca, y que permitió el desbloqueo de la Vía Panamericana, luego de 27 días de colapso económico, social y de graves problemas de orden público
Uribe hubiera preferido que se arreglara la vía alterna a la Panamericana, que ceder el brazo a torcer a los indígenas, porque aquí se doblegó el principio de autoridad, y se sentó un pésimo precedente, según él.
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