8 mayo, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Divide y reinarás

Carlos Mario Restrepo

Por Carlos Mario Restrepo Tamayo 

La calentura no está en las cobijas. En Colombia no se requiere para dar solución a sus necesidades reformar su constitución o carta fundamental. En Colombia se requiere y con urgencia, que el gobierno de turno sea serio, programático, respetuoso de la institucionalidad, que genere confianza inversionista y cumpla con su obligación constitucional de velar por la vida, honra y bienes de sus ciudadanos.

Vargas Lleras no es el santo de mi devoción y lo he manifestado muchas veces. “El copiloto que se quedó dormido» durante ocho años como vicepresidente del más nefasto gobierno que haya tenido este país…

Pero no dejo de reconocerle sus capacidades y habilidades, a pesar de sus múltiples equivocaciones.

Resulta difícil entender, luego de toda la oposición que le ha hecho al gobierno de Petro y a sus reformas que cursan en el Congreso, que en este momento esté patrasiándose y quiera buscar un provecho personal, montándose en el bus del Pacto Histórico de Petro con el tema de la Asamblea Constituyente.

Me inclino más bien por pensar con derecho a equivocarme, que es una estrategia para quitarle la paternidad de una Asamblea Constituyente para debilitar y restarle fuerza a esa propuesta de Petro como su plataforma propia, exclusiva y salvadora para combatir a los ricos de El Poblado y así lograr el apoyo de incautos y lanzar su campaña para el 2026.

Con esta propuesta de German Vargas le salió a Petro como un duro competidor que quiere hacerle oposición con sus mismas herramientas y con sus mismos globos engañosos.

A Germán Vargas se le puede criticar por todo incluso por su coscorronazo, pero menos porque sea ingenuo o caído del zarzo.

Pero la almendra de la idea de Vargas Lleras puede “cogerle la caña” a Petro para medirlo en las urnas. Porque Vargas Lleras está seguro, como lo estamos los colombianos, que con el 30% de favorabilidad que lo acompaña en las encuestas, Petro quedaría con la cola entre las patas. Solo así se convencería del fracaso de su gobierno y de la falta de credibilidad de que goza entre los colombianos.

Al final de todo este debate saldrá nuevamente chamuscado y más desprestigiado para fortuna de los colombianos Gustavo Petro, quien se pasa lanzando luces de bengala pidiendo ayuda de una mano amiga, al mejor estilo de los barcos que se encuentran a la deriva en la oscuridad de la noche en alta mar.

Como se dice popularmente, «EL PEZ MUERE POR LA BOCA». El presidente Petro en su alocución del viernes desde la ciudad de Cali, frente de la Minga y reproducido por todos los noticieros, manifestó en forma amenazante que él era miembro de la Primera Línea y además, que eso no lo avergonzaba y que por el contrario se sentía orgulloso de serlo.

Le recuerdo a la Fiscalía que esta declaración expresa del señor Gustavo Petro la obliga a iniciarle un proceso de responsabilidad e imputarle la comisión del delito de rebelión.

La rebelión en Colombia significa el levantamiento público y violento contra los poderes del estado con el fin de derrotarlo o de forzarlo a actuar en un determinado sentido.