9 mayo, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Día Internacional de la Mujer: signado por compromisos para alcanzar la igualdad de géneros 

Por Enrique E. Batista J., Ph. D. (foto)

https://paideianueva.blogspot.com/

A lo largo de la historia ha existido una visión cultivada en donde las mujeres han sido consideradas inferiores a los hombres, acompañada de exigencias de sumisión a estos y a una vida marcada por la castidad, la virtud y el recato. Por años han sido excluidas y discriminadas en el acceso a cargos de alta responsabilidad en los dominios públicos y privados. Por años, se les negó a ser hacer ciudadanas y hacer valer sus derechos como el poder elegir y ser elegida a cargos públicos. Un hecho concreto es que ellas han estado sometidas al poder masculino, consideradas como el sexo débil, porque la fortaleza, se ha estimado, corresponde sólo a los hombres. 

Ha sido perdurable la creencia de que ellas carecen de estabilidad emocional y que intelectualmente son inferiores a los hombres. La inteligencia se ha asumido como un atributo de los hombres, asunto que, muy posiblemente, esté en la base devenguen salarios inferiores al de los hombres en los mismos trabajos, cargos y exigencias laborales. Se ha estimado que el 90% de los hombres participan de la fuerza laboral, cuando solo el 60%. En 2019, las mujeres ganaban la mitad de los ingresos que tenían los hombres. Esto no es un asunto solo de separación y discriminación de tipo laboral, sino de cambio en muchas otras condiciones necesarias para una vida digna de ellas, como lo es el acceso a una educación de calidad, a los avances tecnológicos, a la salud y tratamiento médico oportuno, a la superación de la pobreza, a la seguridad alimentaria, así como a la reducción de la mortalidad materna. Acabar con estas adversas condiciones facilitarían el crecimiento económico y la superación de la pobreza en muchos partes del mundo. (https://shorturl.at/xzGNQhttps://shorturl.at/apMUX). 

Hace 2500 años Platón señaló que las mujeres tenían el derecho a la igualdad con los hombres, porque poseía las aptitudes tanto para el gobierno como para la defensa de los territorios. Unas décadas después, en el viejo imperio romano, el cónsul Marco Porcio Catón manifestó su temor de conceder la igualdad a las mujeres; intentarán de todo una vez tengan éxito y se convertirán en superiores a los hombres, señaló. Esta es una indicación de que la misoginia ha estado presente a lo largo de los siglos y que, por igual, la búsqueda de la igualdad tiene ya un extenso recorrido medido en miles de años.  (https://shorturl.at/kqD13). 

En educación por centurias también fueron a excluidas de las profesiones y, la educación de ellas, segregada de los hombres, se centraba en la preparación para la vida doméstica, prepararse para la maternidad, la crianza de los hijos y a mantener un comportamiento sumiso ante los mandatos del esposo como bien lo exigía la sociedad. Se lee en Efesios 5: 22 -24: «Esposas, sométanse a sus propios esposos como al Señor. Porque el esposo es cabeza de su esposa…. Así como la iglesia se somete a Cristo, también las esposas deben someterse a sus esposos en todo». Las mujeres, entonces, aparte de tener que mostrar obediencia a esposos y padres, debían estar al servicio de ellos y cumplir con sus deseos. 

Se ha reconocido que para lograr la igualdad de género se precisan acciones desde las estructuras políticas de los estados que sean efectivas y que lleven a eliminar las barreras en apariencia inamovible que impiden la superación de las desigualdades de género superando esas barreras basadas en las creencias prejuicios sociales y económicas. (https://shorturl.at/hBCK5). 

El concepto de «mujeres desaparecidas» lo estableció Amartya Sen en 1990 para referirse a todas las que deberías estar vivas, pero que se le excluyó por:  el incremento de los abortos selectivos de fetos femeninos, el trato discriminatorio a las niñas, que ha llevado a que la edad de cinco años la tasa de supervivencia sea mayor entre los niños. Un caso particular se dio con la política china de permitir un solo hijo a cada pareja, (norma vigente hasta menos de una década), la preferencia cultural por los hijos varones llevó al aumento de los abortos de fetos femeninos y a un superávit de hombres con respecto al número de mujeres. Por la política de tener un solo hijo surgió la tragedia de concebir a una niña en China. (https://t.ly/gMyZYhttps://t.ly/OJURQ).  

La Ohio Education Association publicó copia de una norma de 1920 que ordenaban a las maestras apegarse a un código de conducta abiertamente restrictivo y, hoy, patentemente abusivo y violador de muchos de sus derechos. Entre los comportamientos desmedidos estaban:  Permanecer solteras mientras fuesen maestras (negación del derecho a la procreación y posible origen del porqué a las maestras se llamaba señoritas); no salir a la calle entre las 8 de la noche y las 6 de la mañana del día siguiente (o sea, toque de queda permanente para ellas); sólo en las relaciones profesionales podían establecer relaciones con hombres que no fuesen de su familia; no debían usar maquillaje, joyas llamativas; tenían que usar vestidos conservadores y presentables; no podían tener otras ocupaciones laborales; ser ejemplos de virtud y moralidad y sanos modelos  para la sociedad; no montar en coches o automóviles con hombres, excepto con padres o hermanos; no salir de la ciudad sin permiso de la autoridad educativa superior; no teñirse el pelo; usar al  menos dos enaguas; no vestirse con colores brillantes;  la vestimenta no podía estar más arriba de  dos pulgadas de los tobillos; no fumar  ni ingerir licor.  Este documento circuló ampliamente en las redes sociales, atribuyéndose a países como España, Argentina y Colombia. La norma, con más seguridad, es de Ohio. (https://t.ly/lWKDohttps://tinyurl.com/2e3zhsry.)  

El «Manual de Urbanidad y Buenas Maneras» (https://t.ly/MWdfr) escrito por el venezolano Manuel Antonio Carreño hace más de 170 años, fue de obligatorio uso como texto escolar en las escuelas de muchos países de las Américas. Eran normas que debían ser memorizadas y aplicadas. En la versión como texto escolar se lee: «La mujer encierra en su ser todo lo que hay de más bello o interesante en la naturaleza humana…. Pero la naturaleza no le ha concedido este privilegio, sino, en cambio, de grandes privaciones y sacrificios y de gravísimos compromisos con la moral y con la sociedad; la más leve mancha resalta defectos que en el hombre pudieran pasar inadvertidos. Fueron creadas por Dios para la virtud, con un corazón, nacido para hacer la felicidad de los hombres; sólo deben buscar aquellos atractivos que se hermanan bien con el pudor y la inocencia. En la mujer, las reglas de la urbanidad adquieren, mayor grado de severidad que cuando se aplican a los hombres. Estas reglas son acaso más importantes para la mujer que para el hombre, por cuanto su destino la llama al gobierno de la casa y a la inmediata dirección de los asuntos domésticos. Ya hemos dicho que las reglas de la urbanidad son más severas cuando se aplican a la mujer; pero no podemos menos de llamar aquí, especialmente, la atención del bello sexo, hacia el acto de escupir y hacia el todavía más repugnante de esgarrar. La mujer que escupe produce siempre una sensación extraordinariamente desagradable, y la que esgarra eclipsa su belleza, y echa por tierra todos sus atractivos. En cuanto a la mujer, en quien debe lucir siempre mayor compostura que en el hombre, ya se deja ver que su desaliño dentro de la casa dará muy mala idea de su educación. Ellas, en sus vestimentas, no deben mostrar el tobillo. 

No es un día que se extingue en pasajeros regalos, sino que es recordatorio del esfuerzo de todos, mujeres y hombres, para el respeto, promoción y afianzamiento de los derechos de la mujer, entre ellos: el de la igualdad, la no discriminación, el acceso a la educación, a la cultura, a la ciudadanía plena, al empleo y remuneración justa, a los avances científicos y tecnológicos, y al camino libre para el desarrollo pleno y sano de personalidad.