8 mayo, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Desinflación y reseteo de los títulos universitarios

Por Enrique E. Batista J., Ph. D. 

https://paideianueva.blogspot.com/

Me escribe un lector mío desde España expresando algún grado de desconcierto porque todavía prevalecen los jefes de personal en distintas organizaciones que aún exigen grado universitario para llenar vacantes. En efecto, se da hoy una clara tendencia, especialmente en las grandes compañías tecnológicas, para la eliminación de ese requisito poniendo, con miras a asegurar la contratación de buenos trabajadores, mayor énfasis en las habilidades demostradas más que en títulos.  Esta tendencia es principalmente cierta por los intensos desarrollos tecnológicos que exigen cualificaciones laborales inéditas y que, como consecuencia, han creado un déficit de personal calificado para llenar las vacantes que tales desarrollos exigen. Así, ha surgido lo que se ha denominado «el emergente gran reseteo de los títulos» o la «des- credencializar los títulos» (https://rb.gy/rmx1qu). 

The Burning Glass Institute ha publicado en 2022 un trabajo, en asociación con la Harvard Business School, sobre el surgimiento del reseteo de los títulos. Parte de las ideas en el texto se retoman aquí.  («The Emerging Degree Reset»). (El lector lo encontrará en: https://rb.gy/rmx1qu). 

A partir de este reseteo, se anota en el Informe, se espera el crecimiento de una fuerza laboral más productiva. Sólo en los Estados Unidos, en los dos años anteriores a la pandemia del Covid-19, se produjo el reseteo en el 46% de las ocupaciones de habilidades medias y en el 31% en las de altas habilidades. Para el futuro del trabajo se vislumbra que habrá supresión de requisitos de títulos y que se enfatizarán más las habilidades específicas para el trabajo, quedando en muy alta relevancia las habilidades socioemocionales, las que, con bastante equivocación, se ha asumido que los graduados universitarios las tienen en abundancia. 

Bien es sabido que la formación universitaria enfatiza más la acumulación de créditos académicos, usualmente inconexos, para efectos de certificar la magia milagrosa del título, asumiendo, como en el pasado, que la titulación seguirá abriendo las puertas a oportunidades laborales bien remuneradas. Hoy se gradúan muchos para el desempleo o para vinculación con muy bajos salarios. Evaluar habilidades demostradas, en lugar de centrarse en títulos académicos, ayudaría a las compañías a suplir las limitaciones en talento calificado y crear más oportunidades de empleo para muchos. Al remover el título como requisito, los empleadores se ven forzados a ser mucho más específicos en los requerimientos que hagan para los puestos y posiciones laborales que se abran en sus organizaciones. 

Los procesos educativos universitarios, con poca o nula atención a la formación en las habilidades socioemocionales, demuestran una abierta omisión de la calidad de la educación superior; falencia que hoy se omite evaluar en el análisis de las condiciones de calidad o de acreditación de los distintos programas académicos. Es decir, hay un abierto desenfoque entre la formación que se intenta y se ofrece y aquella que se refiere a los requerimientos de la fuerza laboral presente y del futuro. 

El reseteo de los títulos, se destaca en el Informe de The Burning Glass Institute, tendrá más implicaciones y efectos sobre la manera como los empleadores encuentran el talento y abren las oportunidades para seleccionar a sus trabajadores. Con el reseteo se predice que hasta un 63% de los puestos de trabajo no requerirán título universitario, se superará el fenómeno bien llamado de «inflación de los títulos». Es menester reorientar las metas formativas teniendo en cuenta las habilidades digitales en general y las socioemocionales, como una manera de formar talento especializado para el mundo real de hoy y el del futuro. 

En un estudio de seguimiento desde 2014 a los requerimientos de grado universitario en ocupaciones de habilidades, media realizado por la Harvard Business School, con su proyecto del futuro del trabajo, Emsi Burning Glass y el  Burning Glass Institute, se halló que no hay diferencia de requisitos de habilidades entre los que exigían títulos universitarios y los que no los requerían, lo que lleva a la inferencia de que la exigencia del título parece reflejar más bien la unificación del proceso de contratación y la reducción del número de candidatos que necesitan ser evaluados. 

El reseteo puede deberse también a la convicción a la que llegaron los empleadores, en medio de la escasez de recursos humanos en los campos digitales y en otras tecnologías, de que los requerimientos de título académico son superfluos o espurios para muchos cargos. En 2021, IBM decidió eliminar el requisito de título universitario para más de la mitad de sus puestos de trabajo en los Estados Unidos; continuará con ese proceso en el futuro; en esa empresa sólo el 29% de sus trabajos en tecnologías de la información requieren un título. Se resalta la vigencia del dictum en el Silicon Valley donde se dice: «No nos importa si usted tiene o no un título, nos importa si sabe programar». (https://rb.gy/rmx1qu).  

Este reseteo, se señala en la publicación, tiene implicaciones y mandatos claros para estudiantes, los trabajadores actuales y para las organizaciones educativas en todos los niveles. Por su parte, los empleadores podrán generar mecanismos para que en sus organizaciones se cierre la brecha de habilidades y se expanda el conjunto de candidatos que pueden ser considerados como potenciales valiosos empleados. Para los trabajadores, la contratación basada en habilidades demostradas y no en títulos académicos creará oportunidades para aquellos con habilidades digitales y socioemocionales, como se ha indicado. Los estudiantes, desde la más temprana edad posible, deben reconocer estas realidades del mundo laboral del futuro en el que ellos estarán inmersos y compitiendo por obtener trabajos apropiados, estables y lucrativos. 

Para las instituciones de educación superior existe un camino complicado y muy difícil. Son ellas bien conocidas por su apego emocional a la tradición y, en extremo imperdonable, reacias al cambio. Les será complicado mantener el paso frente a hechos presentados en el Informe; es ese uno de los factores que amenaza la existencia de las universidades tal como funcionan hoy. Como se ha dicho, tendrán que cambiar su dinámica actual, abrir las puertas a la flexibilidad para innovar, para el cambio permanente, rodeadas de un espíritu previsor de las tendencias en la reconfiguración de los campos ocupacionales, según las nuevas habilidades requeridas por el futuro incierto del mundo del trabajo. 

Reconocerán las instituciones de educación superior la importancia de la formación corta en habilidades específicas y, con ella, de la certificación de habilidades por microcredenciales y, a la vez, la muy dura competencia  de los gigantes tecnológicos que están formando de modo experiencial, asociadas o no a otras instituciones, a su propia fuerza laboral ofreciendo upskilling (actualización de habilidades) a sus mejores trabajadores y reskilling (recualificación laboral) a aquellos que, por la automatización, sus habilidades iniciales ya no son requeridas. 

Se concluye en el informe de The Burning Glass Institute que, al remover las barreras de títulos, más trabajadores podrán alcanzar un trabajo bien remunerado, sin gastar cuatro o más años en la persecución llena de obstáculos, como en carrera de steeplechase, un grado universitario. Se da, así, un paso esencial para aumentar la diversidad, reducir la inequidad y la exclusión en el mercado laboral. 

¿Para qué un título universitario?, se preguntan los jóvenes al llegar al noveno grado. ¿Para qué, si el mismo ha dejado de ser importante para obtener un buen empleo o llevar a cabo un emprendimiento personal exitoso? El propósito de obtener un título universitario ha perdido brillo y valía. Se ha desinflado.