25 abril, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Crónica # 4 del maestro Gardeazábal: Un país de mentiritas

@eljodario @IvanDuque 

Hacia 6 meses no salía por las carreteras vallecaucanas. Lo hice ayer a un corto desplazamiento, pero me encontré con que la plata de los peajes del Invias se esfumó o porque no hubo suficiente tráfico o porque este es un país de mentiritas. 

Desde el 1 de agosto 2018, hace 2 años, se terminaron las concesiones de mantenimiento de las carreteras, que garantizaban para las vías nacionales un trato igual al que tienen las doble calzadas cuyos constructores y administradores financian su mantenimiento con los peajes que cobran.  

Como la desidia del Invias y de la señora Ministra de Trasporte se verifica en cada kilómetro, no se firmaron nuevos contratos ni las carreteras a cargo de esas entidades oficiales son mantenidas como debe ser. Pero como dizque pese al costo de la pandemia en la Casa de Nariño solo saben administrar el fracaso, cuando vayan a asomarse a las carreteras ya el deterioro será tan grande que habrá que licitar su reconstrucción y no su mantenimiento. 

Eso no le importa al fracasado y sus ministros. Ahora quieren imponer una reforma tributaria para meternos impuestos con qué seguir financiando sus fracasos. Somos, indudablemente, un país de mentiritas y entonces creemos que vamos hacia adelante. 

Nadie sabe quién dijo la verdad, ni quien irrespetó la ley o quien se montó encima de ella con el caso de los soldados norteamericanos en territorio patrio. Si el presidente del Senado, el ministro de Defensa, el senador Robledo o los que dicen que firmaron la carta dando macondianamente autorización para que las tropas continúen sin el permiso que exige la Constitución. 

No importa, somos un país de mentiritas y quien diga la verdad está jodido antes de hablar. 

A quien si le cabe toda la razón en sus afirmaciones es al presidente de la aerolínea Viva cuando protesta porque se le prestaron 370 millones de dólares a Avianca y a ellos les niegan uno de 25 millones. Y probablemente también les cabe la razón, así sea este un país de mentiritas, a quienes denunciaron y ganaron en estrados judiciales a los alcaldes de Pereira y Manizales por descubrirles que hicieron el quite a la ley ya fuera para hacerse elegir o para administrar demencialmente sus ciudades. 

Y aunque este sea un país de mentiritas, decir la verdad no quedaría mal. Hoy se inaugura, por fin, el túnel de La Línea, y aunque todos van a reclamar por ese logro, menos el señor Collins quien fue el que más hizo, pero cambió ingenieros por abogados hasta que se quebró, lo que se necesita es que se garantice su mantenimiento y que no vaya a pasar lo que sucede en muchas carreteras colombianas abandonadas por Invias. Bueno es el ditirambo ante semejante obra, pero no tanto que obligue a callar sobre quién y cómo van a cuidar de ese túnel. (Opinión). 

Nos oímos el lunes. Feliz fin de semana.   

Escuche al maestro Gustavo Alvarez Gardeazábal