3 mayo, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Crónica # 352 del maestro Gardeazabal: Washington premia equivocado manejo policial

@eljodario 

El hecho de que una alta funcionaria del Departamento de Estado haya venido hasta Bogotá para hacerle entrega al presidente Duque de 8 millones de dólares para ayudar a la Policía Nacional, nos tiene asombrados a muchos compatriotas.  

El episodio puede ser interpretado como cuando en la sesión de final de año se premia a los mejores alumnos de una institución educativa y el primer premio se lo otorgan al maquetas e indisciplinado. Y no es exageración.  

Es imposible que los Estados Unidos no se hayan dado cuenta que la Policía Nacional ha venido de tropiezo en tropiezo y que, así como perdió su capacidad de actuación haya sido encontrada al mismo tiempo culpable en excesos. No entiende uno cómo los Estados Unidos vienen a premiar a una institución que a todas luces, y en especial por el deficiente manejo de sus cuadros directivos, ha perdido la fe y el respeto de los ciudadanos. Cómo es posible que el gobierno de Washington no se haya dado cuenta, ni valorado en su justa medida la equivocada terquedad con que se han negado a reestructurar el pensum y el estilo de las escuelas de formación policial. Es casi inaudito, casi que increíble, que en Washington se les haya olvidado tan rápidamente el grotesco espectáculo sucedido en la Escuela de Policía de Tuluá que generó cartas de protesta no solo de los embajadores de Israel y Alemania sino del propio embajador de los Estados Unidos en Bogotá.  

Todos guardábamos la esperanza que dentro del espíritu aceptado de que a la Policía hay que reestructurarla y no solamente cambiarle el color del uniforme, vinieran desde Washington no a premiar con 8 millones de dólares a una institución que está a punto de correr la misma suerte que corrieron el SIC y el DAS en el inmediato pasado colombiano, sino a señalarle derroteros para salir del pantano.  

Si la funcionaria gringa que vino a traer la platica de ayuda quería aplaudir la resistencia de tantos policías anónimos que le ponen la cara al viento y arriesgan su vida combatiendo el crimen, había muchas más formas de apoyarles humanamente y no con ese simbolismo equivocado.  

Con que hubiesen regalado esos dólares para pagarles a las cooperativas que dejan operar para que les vendan y les pignoren los sueldos a los estudiantes de las Escuelas de Policía y puedan salir a la calle teniendo un celular, pero debiéndolo en 100 cuotas, habrían dado un doble mensaje al gobierno colombiano y a los policías rasos. 

Escuche al maestro Gustavo Alvarez Gardeazábal. 

No fue así y la ilusión de que en vez de la viciada Policía Nacional tengamos por fin la Gendarmería Nacional con toda su significación, se ha evaporado.