26 abril, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Crónica # 329 del maestro Gardeazabal: Recordando sabandijas

@eljodario 

Antecito de irnos a navidad y año nuevo, el país se enteró en lejanía de las estulticias con que resolvieron adornar las mentiras que cada tanto de tiempo nos quieren hacer tragar como si fuesen ruedas de molinos. La primera de ellas fue grotesca, pero ya se perdió en el olvido.  

En la misma semana un comité investigador que presidía el antiguo Defensor del Pueblo, el doctor Negret, entregó a la alcaldesa de Bogotá un informe detallado donde se contaba como en los por lo menos imprudentes y violentos episodios del paro nacional que comenzó el 28 de abril un grueso grupo de los muertos fueron causados por las fuerzas de choque de la Policía Nacional que reprimía los desórdenes y trataba de intentar frenar la quema de los CAI. Tres días después la Oficina de Derechos Humanos de la ONU coincidió en sus afirmaciones sobre el mismo episodio y dijo universalmente que al menos 28 de los 63 muertos de esos días habrían sido responsabilidad de la Policía Nacional. La respuesta del gobierno y la impavidez con que se turnaron los medios y las redes para restarle importancia a las denuncias, solo sirvieron de marco a las declaraciones del presidente Duque, la vicepresidente Ramírez y el general Vargas en el sentido de que el actual gobierno tiene “cero tolerancia con la violencia” o, lo que fue peor, que “la Policía Nacional no masacra a nadie”.  

En ningún momento hubo una voz que pusiera a pensar en navidades sobre la urgencia de exigir un replanteamiento total de la Policía Nacional o al menos diera una luz de esperanza sobre la revisión de los métodos educativos dañinos de las Escuelas de Policía. Nada de eso. Los malos son Negret y los de la ONU. Al exdefensor del Pueblo los descalifican porque por esos días se inscribió en una lista para ser senador de la república y los de la ONU porque son una acumulado de mamertos trasnochados e izquierdosos. Y como si eso fuera poco, estos informes coincidieron en tiempo prenavideño con las declaraciones que le dio a la JEP el jefe de la llamada “Banda del Golfo” en el sentido de que él no había sido capturado, sino que se entregó. ¡Quién dijo miedo! Como el show de su captura había sido montado teatralmente por los generadores de las mentiritas habituales de la Casa de Nariño, el presidente, usando un lenguaje inapropiado para su dignidad, salió a desmentir a Úsuga no con videos y herramientas visuales sino a llamarle “sabandija” pretendiendo que insultándolo nos iba a convencer a todos los colombianos que sospechamos lo falso de su captura desde cuando vimos al bandido, muy bien vestido y con botas limpias, saliendo de la manigua que le pusieron de paisaje. 

Por supuesto como fue en vísperas de navidad a medios y redes se les olvidó. Hoy cometo la perversidad de recordar a la opinión pública uno y otro episodio.

 

Escuche al maestro Gustavo Alvarez Gardeazábal.