26 abril, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Crónica # 214 del maestro Gardeazábal: Los culiprontos

@eljodario   

El viernes pasado los colombianos tuvimos la oportunidad de contemplar en toda su magnitud el culiprontismo de algunos funcionarios públicos, quienes, por pretender presentarse ante el país como los promotores o conseguidores de triunfos ajenos, quedaron en el ridículo nacional.   

El espectáculo que brindaron el alcalde Medellín, Daniel Quintero, a quien los paisas burleteros han bautizado como “Pinturita” y el General Vargas, Director Nacional de la Policía, es de antología. El uno más que el otro. El alcalde sin tener a quien echarle la culpa, el General sancionando a dos altos oficiales que supuestamente le dieron falsa información.  

El alcalde, fanfarroneando, dijo en su cuenta de Twitter que el abusador de los niños de una de las guarderías de “Buen Comienzo” como se llama la institución social del Municipio de Medellín, había sido capturado gracias a una labor conjunta de 150 hombres coordinados desde su despacho.  

El general, para darse el vitrinazo, hizo lo propio, aunque sin la ampulosidad de “Pinturita”. Los dos oficiales que le hicieron meter la pata a su superior se fueron a vacaciones definitivas.  

El alcalde, que parecería que se cree sus propias mentiras, está tan fresco y soberbio como si fuese el héroe y no parece dispuesto a aceptar que por su politiquería tan camuflada, es el responsable de que la institución “Buen Comienzo” haya tenido 4 directores en los 18 meses que lleva de burgomaestre de la capital paisa.  

Pero el mismo día, el mismo General Vargas, esta vez acompañado del ministro de Defensa, se precipitaron a afirmar que los comandos acusados por la Policía de Puerto Príncipe de asesinar al presidente de Haití eran colombianos y dieron suficientes detalles, tan innecesarios como veloces, para hacer generar sospechas sobre por qué lo sabían, obviamente, haciendo coro también a la acusación. Fue un sobresaliente acto de culiprontismo porque unas horas después un senador haitiano hizo caer en la cuenta al mundo entero que resultaba muy curioso que en el asalto al palacio del presidente no hubiese  ningún policía herido, pero si habían sido apresados velozmente los presuntos asesinos porque eran unos mercenarios colombianos, lo que hace pensar al más tonto que podrían haber sido contratados hasta por el propio presidente de ese país para defenderse en la lucha de bandas armadas en que está metido de lleno Haití.  

El asunto puede ser más complicado porque la Casa de Nariño ha mandado a dos altos oficiales, subalternos del General Vargas, a investigar el enredo y a nivel internacional el prestigio de bandidos que tenemos los colombianos se cruza culiprontamente con las torpezas diplomáticas del gobierno del presidente Duque. 

Escuche al maestro Gustavo Alvarez Gardeazábal.