8 mayo, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Crónica # 153 del enchuspado maestro Gardeazábal: Costosa vanidad de Quintero

@eljodario @QuinteroCalle @EPMEstamosahi

Como lo advertí al día siguiente de la determinación y luego de leer las 315 páginas de la demanda de EPM contra constructores, interventores, asesores y aseguradores de Hidroituango, el no haber sometido a una matriz de riesgo lo que se hizo a la tapada de la Junta Directiva solo buscaba poder cambiar los integrantes de la Junta, pero sin medir las consecuencias.

Ya ellas se están dejando sentir y muestran un panorama muy complicado para EPM y para Medellín, pero llenan la vanidad infinita del señor alcalde Quintero de pasar a la historia como el que descubrió que la incestuosa relación entre el GEA y EPM podría ser penada y que si Sansón murió con los Filisteos él podría pasar a ser a más del sepulturero de EPM el enterrador de su porvenir político.

El hecho de que al declarar que lo de Hidroituango no fue un accidente, como lo había aceptado ya la aseguradora Mapfre, no solo obliga a EPM a devolver el billón de pesos que le habían pagado por el seguro parcial, sino que lo lleva a ir con las manos atadas al juicio que por 11 billones le presentaron las víctimas de aguas abajo.

Pero como la vanidad enceguece, Quintero, el alcalde no midió quizás porque de eso no sabe, que 48 horas después de esa tronera, las calificadoras de riesgo prenderían los bombillos rojos y las relaciones con los tenedores de los bonos y con los bancos intermediarios se derrumbarían y cualquier crédito a futuro será mirado con otra lupa.

La vanidad tampoco debe haberlo dejado pensar que buena parte de esos bonistas son los Fondos de Pensiones y que donde los jubilados de Colombia dejen de recibir la mesada acostumbrada por las pérdidas que se implicaron al aceptar EPM la culpa de lo sucedido en Hidroituango, le contarán al resto del país que Medellín se les tiró en su tranquila vejez.

Pero lo más grave está por venir. Como a quien han demandado son a los que están reconstruyendo los daños, hasta ahora irreparables de Hidroituango, nada de raro tendrían en que no siguieran trabajando o en declararse en quiebra o en el mejor de los casos en perder las ganas y echarse con las petacas.

Lamentablemente para Medellín la ley no permite intervenir por la Superservicios a la EPM hasta que los servicios que preste sean inviables ofrecerlos y como para que eso ocurra y que EPM agonice falta mucho trecho, al futuro inmediato no queda sino saber administrar la vanidad de Quintero para evitar que las embarradas que cause no hagan tanto daño y se completen los 12 meses de ley para pedir su revocatoria como alcalde.

Escuche al maestro Gustavo Alvarez Gardeazábal.