26 abril, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Crónica # 143 del maestro Gardeazabal: No es locura, es el caos

@eljodario 

El profesor Gustavo Páez Escobar en su columna semanal de El Espectador, que republican diversos diarios de la provincia colombiana, hace énfasis en la crisis mental que estamos soportando por culpa de la manera como se ha afrontado la pandemia. Para él, en mayor o menor grado, la gente padece hoy de síntomas inquietantes que apenas comienzan a brotar y que pueden constituir –y ya constituyen– perturbaciones graves para la salud mental. La depresión, el miedo, el insomnio, la soledad, la confusión, el pesimismo, la desesperanza… 

Lamento no estar de acuerdo con mi querido y leído profesor.  No creo que el problema sea mental, el problema es real y se llama CAOS. Nos acercamos precipitadamente hacia él. No hay dirigencia mundial para encausar la respuesta a la peste.  Los poderosos se quedan con las vacunas porque o tienen más plata o negociaron antes. Las farmacéuticas prohíben buscar la droga milagrosa que corte de un tajo la enfermedad, como lo logró la penicilina de Fleming con las bacterias. Solo les interesa vender 8 mil millones de dosis de vacunas que no se sabe a ciencia cierta por cuánto tiempo van a inmunizar. La muchachada no quiere aceptar las prevenciones ni los confinamientos decretados. Las marchas contra las medidas adoptadas por los gobiernos se repiten en todas partes, menos dizque en la China. 

Cada país, cada hogar, cada individuo busca salir a su manera del impasse sanitario, social y económico, ya sea a imitación de otro que ya se ha equivocado saliendo del atolladero o simplemente repitiendo las instrucciones de la cartilla OMS o del Imperial College de Londres.  

Microsoft, Apple y Facebook facilitan los medios para ingresar al dominio de los datos personales y quedar censados eternamente para poder, después, cuando haya que salir del caos, dizque poner orden esclavizándonos.  

Tal vez nosotros los colombianos, que somos más hábiles para desobedecer las normas estrictas de los anglosajones que han dominado el mundo en los últimos siglos, podremos salir al otro lado del caos que se conforma para enfrentar, (o al menos mamarles gallo), a los generadores y promotores tanto del desorden como de la panacea de la vacuna: los chinos. 

Claro, tenemos la ivermectina y el coctel de medicamentos de los teguas del Ancianato San Miguel que siguen salvando ministros, magistrados, embajadores y a miles más que se autorecetan copiando por internet la fórmula o yendo a la farmacia de la esquina donde le venden el paquete completo con solo verle la cara de desespero que produce la peste, o que mencione la palabra “covid”.

Escuche al maestro Gustavo Alvarez Gardeazábal.