26 abril, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Crónica # 140 del enchuspado maestro Gardeazábal: Tiempo de espanto, dolor y llanto

@elojodario 

Si Ogú y Soros no disponen lo contrario, el 7 de agosto del 2022, dentro de 2 años exactamente, se debe estar posesionando un nuevo presidente de los colombianos. Quien vaya a ganar esas elecciones la tiene muy fácil. Habrá sido para aquellas fechas de tal magnitud el fracaso de la gestión del elegido en 2018 que hoy, 2 años exactamente después de su posesión, cuesta mucho trabajo encontrar un balance mesurado en el cual salga bien librado. 

Ni quienes hemos sido críticos desde cuando el expresidente Uribe lo estaba imponiendo como su candidato hasta los que se llenaron de esperanza con los quiebres radicales que iba a hacer contra los logros o equivocaciones del presidente Santos, empezando por la paz, hoy no sabemos qué decir sin pecar de exagerados por hacer mención de las cosas buenas que pueda haber hecho o por enumerar el rosario de erráticas actuaciones que ha tenido en estos 2 años. 

Investido de una dignidad, la de ser presidente de un país por 4 años, prefirió despilfarrarla desde el mismo día en que se negó a vivir con su familia en la casa privada del Palacio de Nariño hasta por estos días, cuando ha gastado por 140 jornadas un espacio primetime en todas las cadenas de televisión para dizque hablarnos de la pandemia pretendiendo hacer creer que con esa cháchara diaria está gobernando al país. 

El solo hecho de que en las mediciones de raiting ese magazín de televisión de todos los días a las 6 no alcance a tener ni siquiera el puesto 15 indica fehacientemente que no exagero en mi apreciación. 

Pero resulta que como él es abogado de la Sergio Arboleda, sus apreciaciones en materia jurídica no solo son desacertadas, sino que quienes se las ayudan a redactar se saltan con asombrosa facilidad la Constitución y aunque una y otra v repiten la equivocación, nadie aparece como responsable y el error sigue siendo la norma contagiosa. 

Lo que le pasó esta semana, cuando la Corte Constitucional le tumbó el decreto mediante el cual les raponeó el 10% de su mesada mensual exclusivamente a los empleados y jubilados del sector público, para dizque sostener la pandemia, es un ejemplo claro del estilo que nos hemos tenido que aguantar estos dos años. 

Las tutelas que ha perdido por dejar entrar los soldados gringos sin permiso del senado o decretar la prisión domiciliaria a los mayores de 70, lo confirman plenamente. Lo grave no es lo hecho. Lo grave es que como no lee columnas como esta. 

Como no acepta ni críticas ni consejos ni de sus amigos ni de nadie, va a mantener al país otros dos años más en las mismas condiciones con el peligro de que como se viene la supercrisis económica postpandemia en todos los aspectos, estos dos años que comienzan hoy 7 de agosto del 2020 van a ser de espanto, dolor y llanto y para no olvidarlos jamás.  

Escuche al maestro Gustavo Alvarez Gardeazábal.