3 mayo, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Contracorriente: Los cambios ministeriales

Ramon Elejalde

Por Ramón Elejalde Arbeláez 

Comentar los cambios introducidos por el presidente Gustavo Petro a su equipo de colaboradores, es misión obligada de los opinadores del acontecer nacional. Lo haré procurando no recurrir a muchos lugares comunes, entre los del oficio.

Digamos inicialmente que fue una apuesta muy arriesgada salir de siete de sus altos funcionarios y que prescindir de los ministros de Hacienda, Agricultura y Salud, Antonio José Ocampo, Cecilia López y Carolina Corcho, no fue bien entendido, especialmente por los afectos al Gobierno.

Ocampo, por su historial, es persona dominadora del tema, conocida en la banca multilateral del mundo, garantía para inversionistas y tranquilidad para los mercados. Fue, por muchos años, voz cantante en la CEPAL y ocupar el ministerio de Hacienda eran garantías para el mandato Petro Urrego.

Cecilia López tiene muy claro el tema agropecuario y su compromiso con el programa Petro era absoluto. Seguramente sus opiniones sobre otros temas ajenos a los suyos, le falsearon su posición. Desconozco su capacidad ejecutiva, pero la discursiva no admite dudas.

Lo de la exministra Corcho también fue inexplicable, mujer preparada, conocedora de los temas y que se dio la pela frente a temas tan difíciles como la supresión de las EPS, intermediarias nefastas de nuestro sistema de salud. Queda la sensación de haber sido servida en bandeja de plata a la oposición, que quería su cabeza por haber propuesto reformas necesarias para la salud de los colombianos. Desconozco si su supuesta intransigencia la llevó a perder el puesto.

El cambio de Mauricio Lizcano era previsible por sus desencuentros con la poderosa Laura Sarabia, pero debemos reconocer que su caída fue para arriba, pues fue nombrado ministro de las Tics. A Guillermo Reyes sus copartidarios Conservadores lo habían dejado sin oxígeno político y sus viajes en un avión de un contratista del Estado, lo habían debilitado ante la opinión pública. De los demás cambios, poco que agregar.

En los nuevos nombramientos se dieron sorpresas agradables y seguramente lógicas, Luis Fernando Velazco es un caballero de la política, leal con el presidente y digno representante de ese liberalismo doctrinario que aún cree en las tesis socialdemócratas para beneficio de los colombianos. Velazco es conciliador, serio, ponderado, formado y con la experiencia suficiente para triunfar en la posición del ministerio del Interior. Gran acierto de presidente Petro. Guillermo Alfonso Jaramillo, médico, de izquierda, con experiencia administrativa, a quien el presidente conoce en extremo y en quien ha confiado el éxito de la reforma a la salud. Ricardo Bonilla es un viejo conocido de Gustavo Petro, fue su secretario de Hacienda en la alcaldía de Bogotá y a quien seguramente el presidente le podrá dar órdenes para ser obedecidas, contrario a lo que seguramente sucedía con Ocampo.

En general, el presidente se desliga un poco de los partidos políticos que decían ser gobierno como el liberalismo, el conservatismo y la U y se rodea de funcionarios comprometidos con su programa de Gobierno y sus convicciones. El Gobierno se fortalece ideológicamente, pero dificulta su capacidad de maniobra en el Congreso.

NOTÍCULA. Los educadores y liberales del Occidente Antioqueño hemos perdido en este año a dos amigos entrañables, José Higuita y Ovidio Rivera. Paz en su tumba y resignación a los suyos. El sensible fallecimiento de Doña Lila Amanda Salazar Arango, esposa del profesor universitario Fernando Salazar Mejía, es otra noticia que nos enluta a muchos antioqueños. Al doctor Fernando, a sus hijas y nietos, mi abrazo solidario y de amigo.