El episodio del informe de NYT sobre supuestos incentivos al Ejército le salió mal al Gobierno.
Por María Isabel Rueda (foto)
El Tiempo
Parece que el episodio del informe de ‘The New York Times’ sobre los supuestos incentivos al Ejército para mejorar resultados operacionales le salió mal al Gobierno. La carta de respuesta de los ministros de Defensa y el Canciller al periodista nunca debió ser enviada.
Se trataba de una respuesta de Estado. Pero era un colaborador de un periódico el que estaba poniendo en duda la legalidad de las directrices bajo las cuales se libra la guerra en Colombia. La respuesta nos la debía el Gobierno más bien a nosotros, al país que vivió con horror el fenómeno de los ‘falsos positivos’, para convencernos de que no volverán a suceder. Era suficiente con hacer lo que se hizo en un comienzo: organizar una rueda de prensa para aceptar ante los colombianos que si, en aras de la discusión, las palabras utilizadas en directrices creaban válidamente el temor de que los éxitos militares volvieran a medirse por muertos, la directriz sería retirada. (Lea la columna).
Más historias
¡GANGAZO! Espectacular finca Atardeceres, en Valparaíso, en el suroeste de Antioquia
¿Dónde está la plata de la alcaldía de Quintero?: Fico Gutiérrez
Se nos fue Mauricio Álvarez, el padre del archivo sonoro más grande de la selva de América Latina