Navidad, Chanukah, Kwanza, Iluminación de Buda y Festival de Luces
Por Elizabeth Mora-Mass
Nueva York. Llegó diciembre con su alegría y en casa—es una fiesta que se extiende desde el Día de Acción de Gracias hasta la visita de los Reyes Magos.
¿Por qué? Porque Estados Unidos es un país de inmigrantes, donde todos aportamos nuestra cultura, nuestra religión, nuestra tradición y nuestro idioma.
Cuando nos casamos con personas de otra nación nos integramos con los demás y todos respetamos a los otros con lo que traen.
Por tal motivo, he tenido la inmensa fortuna de vivir en una familia multinacional, múltiple cultural, multirracial, multi religiosa y multi lingüística.
En Estados Unidos, la celebración navideña se abre con el Día de Acción de Gracias—la fiesta familiar más importante para los estadounidenses y se da, siempre el último jueves de noviembre— y en hogares como el nuestro, se extiende hasta enero por motivos tradicionales.
Para nosotros, la rumba sigue en casa de nuestro primo Joe y Farsiama la bellísima india, con quien casó. Fátima celebra el Festival de Luz de los los Hundo-Tamil, lo cual consiste en una cena familiar y prender velas alrededor de la casa.
Esta servidora se trajo la tradición de prenderle velas a la Inmaculada, el 7 de diciembre, incluyendo natilla y buñuelos.
Al día siguiente, nuestra dulce Savoy, nacida en el país del sol naciente, y fallecida hace dos años, celebraba la Iluminación de Buda. Es una ceremonia hermosa con velas, rituales, oraciones, inciensos y agua para limpiar la energía tanto corporal como de la vivienda. Termina con una cena familiar y un regalo, que consiste en una vela roja con una cinta dorada para la buena suerte. Previamente, en los nueve dias anteriores, los presentes han ido al mar, al río, o a un yacusi a limpiar el aura con flores y plantas.
Cómo buenos judíos, mis suegros invitaban a familiares y amigos a celebrar Chanukah, la espléndida celebración del triunfo de los israelíes sobre los macabeos para celebrar la recuperación del Gran Templo de Jerusalén.
La celebración dura ocho días. Este año va de diciembre 18 al 25. Casi siempre coincide con la celebración cristiana del 25 de diciembre, o Noche Buena. Todos los días se hace en una casa diferente. Se hace una gran cena y se prenden velas alrededor de las ventanas y se le da gracias a Dios por todos los beneficios recibidos.
Cuando nuestro primo Adam pidió en matrimonio a Fátima, la espectacular etíope, ella introdujo en nuestra familia a Kwanza, la cual celebra la cultura africana. Va del 26 de diciembre al primero de enero.
En la cena familiar se les da gracias a los dioses por todos los beneficios recibidos el año anterior y se le pide por nuevos beneficios para el año que llega.
El 6 de enero celebramos el Día de Reyes porque nuestra prima Julie está casada con un puertorriqueño. Se hace un gran almuerzo familiar y a los niños se les dan regalos. Los familiares de José tocan guitarra y nos deleitan con las trovas puertorriqueñas. Una hermosa ventaja para quienes hablamos el idioma de Cervantes.
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