Por Gabriel Zapata Correa* (foto)
Hay que entender el descontento que reina entre los colombianos por la propuesta de la Ley de Financiamiento o reforma tributaria, que el Gobierno del presidente Iván Duque ha presentado a consideración del Congreso.
Como ya lo habíamos manifestado en una columna la semana pasada, el presidente Duque debía haberla socializado mucho antes con los partidos, para haber llegado a unos acuerdos básicos que le hubiera permitido un tránsito por el legislativo sin los traumas que está sufriendo, y que lo están llevando a un desgaste innecesario. Porque como están las cosas en este momento, el IVA a la canasta familiar no va a pasar. Los partidos ya asumieron una posición radical que obligará al ministro de Hacienda Alberto Carrasquilla a buscar un plan B, así diga en medio de su orgullo que este no existe. (Lea la columna).
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