7 mayo, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Vistazo a los hechos: Petro nos gobierna con odio y sed de venganza

Por Gabriel Zapata Correa

“Colombia potencia mundial de la vida”. Este es el slogan del gobierno del Cambio que preside Gustavo Petro.

Sin embargo, el talante de su manejo del país y del gabinete que lo acompaña, especialmente su ministro de la Defensa, Iván Velásquez, muestra otro común denominador, opuesto a un espíritu de armonía y de tranquilidad que le deben transmitir a los colombianos de bien: odio y sed de venganza.

Estos dos rasgos que envían un pésimo mensaje a los ciudadanos de bien se pudieron comprobar con la inasistencia del presidente Petro, hace ocho días, al cierre del Congreso de la ANDI, que tradicionalmente, hace más de 30 años, clausura el mandatario de los colombianos.

En un acto en Ciénaga de Oro, su tierra natal, el presidente Petro reveló las razones por las cuales dejó esperando a los empresarios en la clausura de su Congreso en Cartagena, y por qué canceló su cita a la reunión con 32 voceros de los gremios.

Diferentes medios de comunicación han interpretado esta ausencia de Petro en la ANDI, y el haber dejado esperando a los presidentes de 32 gremios como un rompimiento con los empresarios, precisamente en la sorpresiva radicación del proyecto inconsulto de reforma laboral en el Congreso.

¿Pero cuál es la causa de su molestia? Que los empresarios aplaudieron al Fiscal cuando hizo su ingreso al Congreso de la ANDI. Un aplauso que duró casi 5 minutos

Y el presidente Petro señaló directamente al gremio empresarial por haber aplaudido al fiscal Barbosa debido a la forma en que trató a su hijo Nicolás Petro, quien enfrenta una investigación por una presunta financiación ilegal de la campaña presidencial.

Petro dijo en Ciénaga: “Industriales, empresarios o no, que aplaudieron al fiscal general de la nación, quizás por la manera como trató a mi hijo, que nació en esa casa”.

Y para que no quedara la menor duda, añadió: “Ahora quieren confundir el que no vaya a un evento a que tengo supuestas enfermedades. No señores, al presidente no lo pueden llevar a groseras encerronas. Cuando hablamos de acuerdo nacional hablamos de franqueza. Con marrullas no pierdan tiempo conmigo”, publicó el jefe de Estado.

Lamentable que el presidente Petro no tenga la grandeza de un mandatario de sobreponer los intereses de la nación a sus molestias personales, y más cuando él ha predicado que no interpondrá ni hará ninguna presión ante el proceso que los organismos judiciales adelantan en contra de su hijo Nicolás.

Pero este mismo tono de rabia y de odio se le ha escuchado al mismo presidente y al ministro de defensa, Iván Velásquez, frente a las denuncias del Fiscal General de la Nación, Francisco Barbosa, sobre el hallazgo de unas pruebas de un supuesto atentado que estaba preparado el ELN en Venezuela contra él, la senadora María Fernanda Cabal y el general en retiro Eduardo Zapateiro.

Como era de esperarse, el Comando Central del ELN, COCE desmintió dicha información y afirmó que no existe ningún plan para atentar contra estas altas personalidades de la nación. Había que verle la cara al ministro de la Defensa, sus rasgos de satisfacción al dar sus reacciones, lo mismo que las actitudes del Alto Comisionado para la Paz, Danilo Rueda.

El presidente, su ministro de la Defensa, y el Alto Comisionado se pusieron de lado del ELN, como si fueran unas monjitas de la caridad que jamás han engañado al país. Las palabras del presidente Petro también sonaron destempladas, en un tono rabioso.

Era imposible que el ciudadano de bien, acostumbrado a que un presidente hable en otro tono más apacible, no atara este episodio a los aplausos que recibió el Fiscal Barbosa en el congreso de la ANDI. Es tal la rabia que respiran, que no la pueden ocultar.

¿O cómo les pareció el tono dictatorial, también mostrando el odio, del ministro de la Salud, Guillermo Alfonso Jaramillo, contra las EPS? El mismo tono, la misma rabia de su antecesora Carolina Corcho. Es que si la actitud fuera otra, los colombianos no estuviéramos pensando que el Gobierno de Petro las quiere acabar a toda costa.

Otro aspecto que genera mucha preocupación entre los colombianos, tiene que ver con el trato a las fuerzas militares, en comparación con el que reciben los criminales de las diferentes bandas que tienen azotados a los territorios.

Es innegable la defensa que hace el Gobierno de estas bandas, en contraste con el trato a la policía o al Ejército. Ni por equivocación se encuentra uno un trino del ministro de la Defensa, Iván Velásquez o del presidente Petro, lamentando un secuestro o el asesinato de un miembro de la fuerza pública. Desde que están en el poder vienen demostrando que no tienen el menor afecto por la fuerza pública.

Y como si fuera poco, el ministro del Interior, Fernando Velasco, trató de “hipócritas” a los gobernadores, porque le pidieron al gobierno que les escuchara sus preocupaciones por los problemas de seguridad que viven en sus territorios, a causa del control que vienen asumiendo las bandas criminales.

Si el Gobierno no respira, ni transmite mensajes de armonía, y sigue demostrando que tiene mejores relaciones con los delincuentes y criminales, que con la institucionalidad, es imposible que llegue a su Paz Total.

Porque ya se sabe que recoge el que siembra odio y sed de venganza…