La falta de imaginación y de iniciativa del Gobierno para impulsar la Ley de Financiamiento o reforma tributaria, lo ha puesto en el ojo del huracán ante la opinión pública, con una enorme repercusión en la favorabilidad del presidente Iván Duque, quien hasta el último minuto insistió en aplicarle el IVA a la canasta familiar.
En primer lugar vale decir que el presidente Iván Duque se sometió a un desgaste innecesario. Desde el comienzo el mandatario debió sentarse con los partidos políticos y concertar una propuesta conveniente, la cual hubiera evitado este tira y encoje entre el ejecutivo y el legislativo. Y con seguridad hubieran llegado al mismo punto de ahora, sin los desgastes tan lamentables para el mismo Gobierno y su ministro de Hacienda Alberto Carrasquilla.
El resultado que estamos viendo, aún sin haber aprobado finalmente la Ley de Financiamiento, o la reforma tributaria, es lamentable.(Lea la columna).
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