26 junio, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Vistazo a los hechos: Es hora de cambiar el rumbo

Por Gabriel Zapata Correa 

Resultó premonitoria la columna que escribí la semana pasada, en la cual le pregunté al gobierno del presidente Petro, ¿dónde está la plata?

En el marco de la convención bancaria que se cumplió esta semana en Cartagena, con la presencia de los más altos y respetables voceros del sector financiero, el mandatario no tuvo más remedio que reconocer que pasamos por una situación económica delicada, al afirmar que “estamos desfinanciados”.

Esta frase del presidente cae muy fuerte en el contexto de las decisiones que tomó esta semana el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, quien anunció que el Gobierno decidió congelar 20 billones de pesos del presupuesto de las entidades estatales.

“Estamos hablando de un recorte de alrededor de 20 billones de pesos, mucho más de lo que se recoge en una reforma tributaria”, declaró el ministro.

El funcionario indicó que el objetivo es no afectar los programas sociales: «Estamos mirando los rubros a donde tenemos que hacer ese recorte, pero en principio la idea no es recortar programas sociales ni recortar los programas de gobierno».

Ricardo Bonilla aseguró en Blu Radio que actualmente Colombia tiene un complejo panorama fiscal, lo cual significa que no se va a completar la meta del año. Por lo tanto, el ministro dijo que el país se ve en la necesidad de hacer ajustes presupuestales.

El ministro de Hacienda Ricardo Bonilla anunció el bloqueo temporal del gasto de inversión pública en las entidades que aún no cuentan con el aval para su ejecución.

El ministro de Hacienda agregó que “de manera preventiva hemos suspendido la expedición de nuevos certificados de disponibilidad presupuestal hasta tener claro el panorama del recorte”.

Esta suspensión, de acuerdo con el funcionario, es momentánea: “Una vez salga expedido el decreto que autoriza todo el recorte, inmediatamente después autorizaremos a todo el mundo para seguir desarrollando la expedición de certificados”.

¿Pero qué dijo el presidente en la convención de Asobancaria?

El presidente reconoció que su Gobierno “cometió un error” en la reforma tributaria debido al afán de mostrarla como exitosa, admitiendo que actualmente el país se encuentra “desfinanciado”. Gustavo Petro también negó que el recaudo tributario en Colombia haya disminuido. Sin embargo, aceptó que “estamos desfinanciados, por eso se recortó gasto”.

El presidente afirmó que el país ha estado estancado desde la crisis del covid-19. Criticó la gestión económica de la pandemia, destacando que hubo dos modelos a nivel mundial: el endeudamiento y la emisión. Petro expresó su preferencia por el segundo modelo.

“El endeudamiento trajo como consecuencia el nivel de endeudamiento más alto de la historia de la humanidad”, cuestionó el mandatario, añadiendo que lo que se está viviendo es “la muerte de un mercado económico: el fósil”.

Como solución, Petro planteó enfocar los esfuerzos en la producción, incluida la agricultura. Y señaló que, aunque el turismo internacional ha crecido un 15%, la industria no está creciendo de manera suficiente para sustentar el cambio deseado. “No es el libre mercado el que nos va a garantizar, per se, que pasemos del sistema fósil al sistema productivo”, afirmó el mandatario.

Pero seamos sinceros. Ni el presidente Petro, ni su ministro Bonilla, ni nadie de su equipo de colaboradores ha dicho la verdad total. Los más reconocidos analistas hablaron en esta convención de la Asobancaria y pusieron el dedo en la llaga, de por qué hemos llegado a la situación en que estamos.

Echarle la culpa al Banco de la República es buscar el ahogado arriba, cuando ya se ha probado hasta la saciedad que el bajo recaudo de la DIAN se debe a que se cayó la producción, como lo demuestran los analistas del DANE.

Pero hay otras dos razones que el presidente y el ministro no esgrimen, pero nadie sale a controvertir de por qué la caja del Gobierno pasa por una de sus peores crisis en la historia del país: el derroche y la corrupción.

Son muchas las denuncias sustentadas y serias del derroche en algunas dependencias del Gobierno, como por ejemplo en la Vicepresidencia, a cargo de doña Francia Márquez, y en el despacho de la primera dama Verónica Alcocer, cuyas escandalosas cifras no han sido controvertidas ni rectificadas.

Y esta semana las denuncias escandalosas por corrupción, no han saltado de las voces de la oposición, sino de la misma Contraloría General de la República, cuyo titular Carlos Mario Zuluaga, dice que en la Unidad Nacional de Gestión de Riesgo se han robado 5 billones de pesos.

A este ritmo no hay país que aguante. Hemos tocado fondo y los ministerios continúan en baja ejecución presupuestal. Pero lo peor de todo, es que seguimos sin saber dónde está la plata.

Si el mismo presidente Petro ha comenzado a reconocer que “estamos desfinanciados” y que se ha equivocado, es hora entonces de corregir el rumbo, ahora que tenemos el fondo del abismo en la cara.