Todo lo hacÃa  ante los ojos del respetable público que terminaba su obra admirándola. O comprándola. O ambas cosas.
Hace ocho años este artista del reciclaje se despidió del mundo y de sus lapsus. SabÃa que cada dÃa tenÃa su mañana. Por eso solo se ocupaba del hoy, de la siguiente hora.
Los últimos tiempos fueron difÃciles para el empedernido trotamundos que murió de cáncer. De ñapa,  una polio galopante lo puso a caminar a un centÃmetro por hora. Demoraba una eternidad movilizándose en  muletas diez cuadras hasta la bogotanÃsima torre de Colpatria donde trabajó hasta el final.
Nunca se quejó, asà el dulce se le pusiera a mordiscos. En vez de quejarse preferÃa camellar. Con la quejumbre no se paga arriendo.
Fue el único en el mundo que se daba el lujo de poner a trabajar gratis
           Inventó el «reciclarte» de una costilla de la nada. DefinÃa su oficio asÃ: arte de trabajar con material reciclable en una sola pieza.(Lea la columna).
Más historias
Altavoz cerró con 140 citas de negocios
El nuevo rumbo del Encuentro de Occidente
Asà anunció el alcalde Fico su carta a la DEA y al FBI sobre el tarimazo de Petro