¿Teoría de la conspiración o simple ineptitud? Nada justifica que el trámite aclaratorio y de suma trascendencia para el proceso de paz con las Farc acabe supuestamente traspapelado a un lado del canal de Panamá. ¡Qué pena con la visita! La presencia en Colombia del fiscal interino de Estados Unidos, Matthew Whitaker, descubrió algo más que la indolencia burocrática, dejó en evidencia la torpeza de la administración de justicia.
No consistía en cualquier diligencia judicial ni en la normal actuación diplomática. Aunque ‘a la hora del té´ es viable unificar ambas misiones. Por un lado, la petición de la Sección de Revisión del Tribunal Especial para la Paz de la JEP a las autoridades judiciales de Estados Unidos en relación con las presuntas pruebas en contra de Zeuxis Pausias Hernández Solarte, alias Jesús Santrich, pudo seguir el camino expedito dentro de la valija diplomática a fin de que el embajador de Colombia en Washington, Francisco Santos, entregara la carta rogatoria. También la ministra de Justicia, Gloria María Borrero Restrepo, tuvo la oportunidad de agarrar el papel escrito y llevarlo a la Embajada Norteamericana en Bogotá. ¿Negligencia, flojera o falta de tino? (Lea la columna).
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