1 mayo, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Sin licencia social, no hay sostenibilidad empresarial 

Oscar Castaño


Por Oscar Castaño 

Esta semana estuve en un conversatorio, convocado por MASBOSQUES, en el que participaron los representantes de las empresas más importantes que se asientan en el Oriente Antioqueño, Bancolombia, Gramalote, Grupo EPM, Socya, Corona, Asocolflores, ISA, Isagen, Cámara de Comercio, Ceo, Auteco, Sumicol, Kakaraka, Icontec y CDO, entre otras. El conversatorio giró en torno a los temas de la sostenibilidad y el medio ambiente.

Los empresarios, uno por uno, contaron las acciones de responsabilidad social que realizan en sus zonas de influencia. Desde la generación de empleo local, hasta sus contribuciones al inmobiliario comunitario, «aportes importantes» con los que quedan bien con las comunidades a las que afectan.

Sin embargo, me quedé esperando cual de todos hablaría de la puesta en marcha de un comité tripartito comunidad-gobierno local-empresa, en el que se discutiera y definiera el desarrollo de las zonas de influencia de esas empresas y ninguno, pero ninguno, presentó esa experiencia como ejemplo de sostenibilidad.

Y es que la distancia que existe entre los conceptos de desarrollo y sostenibilidad entre los tecnócratas sociales de las empresas, con discursos rimbombantes, y las comunidades con necesidades históricas y afectadas por los proyectos son muy diferentes. Para muestra un botón; Empresas Públicas de Medellín, para mencionar solo un ejemplo de los que participaron en el conversatorio, terceriza la compensación social con la que llega al Oriente Antioqueño, pero nunca definió con las comunidades, ni con las administraciones de su área de influencia, si era eso lo que el Territorio y los municipios que interviene querían y necesitaban.

Pero, más grave aún es el hecho de que cada negocio tiene su propio grupo social y hablan diferentes idiomas en esa materia. Es decir, que no existe una política social al interior de EPM para todas sus acciones de sostenibilidad y queda toda su ejecución a la buena o mala voluntad de funcionarios medios a los que no les interesa «untarse de pueblo», por lo cual han perdido en casi todos, por no decir en todos, los municipios de influencia la legitimidad en sus acciones de responsabilidad social empresarial.

Esto lo digo con conocimiento de causa. No se ha querido escuchar a la Región en la terminación de una tercerización, que además es la única Región que la padece por la arrogancia de algunos mandos medios, tecnócratas sociales, que tienen un concepto de desarrollo y sostenibilidad que excluye a las comunidades que afectan.

Otro caso aberrante de una empresa que no participa de este tipo de conversatorios es DEVIMED, empresa concesionaria de gran parte de las vías del Oriente Antioqueño y cuyo nivel de concertación con las comunidades que afecta es nula, a tal punto que su proyecto de «Ruta del Agua», ahora «PAR VIAL RUTA DEL AGUA», casi se le va al agua por una socialización muy poco asertiva y que puso al Territorio y sus lideres en una campaña de un año para que se hicieran las modificaciones necesarias para el futuro de la Región.

Esto sin contar con las expresiones comunitarias de obras como el retorno en Guarne o la falta de pasos peatonales en la vía a Llano Grande, que incluso, ha generado acciones legales en contra de DEVIMED, sin contar con las manifestaciones de las comunidades afectadas y, claro, el voz a voz que se ha ido generalizando de manera estruendosa de que es una empresa que construye vías para los carros y que poco le importan las personas y las comunidades.

Le escuché a por lo menos dos empresarios que sin empresas no hay sostenibilidad. Quiero decirles a esos empresarios y a quienes piensan como ellos que: SIN SERES HUMANOS Y SIN PLANETA NO HABRÁ EMPRESAS.

Ahora bien, es necesario reconocer que las empresas que asistieron al conversatorio, y algunas otras, han entendido que deben compensar sus impactos. La gran mayoría no lo han hecho.

Las empresas, y sus tecnócratas sociales con discursos rimbombantes, deben entender, y entre más pronto mejor, que la RESPONSABILIDAD SOCIAL EMPRESARIAL se limita al cumplimiento de lo legal. Pero la LICENCIA SOCIAL es la que legitima sus acciones. La SOSTENIBILIDAD no es un elemento discursivo de los expertos, sino una práctica que debe ser real, y cotidiana, con las comunidades.

Así las cosas, para concluir este Editorial, NUNCA HABRÁ SOSTENIBILIDAD SI NO HAY PARTICIPACIÓN Y CONCERTACIÓN CON LAS COMUNIDADES Y CON LAS ADMINISTRACIONES DE LOS MUNICIPIOS QUE AFECTAN LAS EMPRESAS Y LOS PROYECTOS.

No se trata entonces de dar pescado. ¡Se trata de pescar juntos!

Frente al otro tema tratado en el conversatorio, es decir el del Medio Ambiente, solo expresaré que hoy, en este gobierno, el de Gustavo Petro, es UN TEMA DE SEGURIDAD NACIONAL, punto.