2 mayo, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

¿Qué hacen nuestros exportadores durante la pandemia?

Jorge Alberto Velasquez Pelaez

Por Jorge Alberto Velásquez Peláez (foto). 

Si Usted lee sobre la desglobalización por culpa de la pandemia, si encuentra estadísticas que sugieren una contracción de la demanda mundial y la disminución de exportaciones desde casi todos los países, si se entera que las cadenas globales de valor se están resintiendo, o si encuentra un buen artículo sobre la importancia del e-commerce para los nuevos negocios en el mercado mundial, no se preocupe por nada de eso, y acepte todos esos temas como aportes para su cultura general, que bien puede compartir con familiares y amigos en reuniones por zoom, pues nada tienen que ver con Colombia, y nada que ver con nuestras empresas que nunca se globalizaron, que son proveedoras de “migajas” en el mercado externo, y que hoy hacen en materia de negocios internacionales lo mismo de siempre: observar, con apatía y negligencia, como venden las demás empresas del mundo. No obstante, hay excepciones, y escribiré a continuación sobre algunas de ellas, para que a Ustedes y a mí, nos transmitan esperanzas. Para comenzar, no entiendo por qué Dios no le ayudó en estos primeros meses a sus hijos, los Testigos de Jehová, pues las exportaciones de sus revistas Atalaya y biblias son la mitad de las del año anterior, y no solo ellos deben rezar para que su negocio mejore y les permita acercarse a los 6 millones de dólares que vendieron en 2019, sino que debería también hacerlo una buena parte de los empresarios colombianos, que desde muchos años atrás vienen contagiados con el ANE (Apatía y Negligencia Exportadora), y ahora se agravan con el Covid-19. Las cifras de los primeros cinco meses de 2020 (todas en este articulo deben entenderse en millones de dólares), que en adelante llamaré PP (periodo pandémico), nos permiten anticipar el resultado final para nuestras ventas externas de todo el año, que será sin duda alguna el peor de los últimos trece años, con aproximadamente 30.000 millones, apenas 80% de lo que venden los italianos solo en vestuario. La mayor exportadora nacional durante el PP es Ecopetrol con US$2.267 millones, y con eso termino cualquier referencia a una petrolera, minera o vendedora de materias primas y productos básicos, pues me concentraré en los “exportadores amables”, los que generan empleo sin depredación o venden valor agregado, y que además requieren de cierta inteligencia para vender internacionalmente. El primero de ellos, la Federación de Cafeteros, mantiene sus  ventas del año anterior, llegando durante el PP a casi US$200 millones, seguida por la bananera Uniban (128 millones) y la principal floricultora, Sunshine Bouquet, (US$121 millones); esos tres líderes se defienden bien, sin permitir grandes disminuciones de sus despachos, y confirmando que café, bananos y flores son los grandes contribuyentes de nuestros “buenos” aunque pequeñísimos negocios internacionales en época de coronavirus. A la Federación se le sumaron Racafé, Olam Agro y Carcafé, (Colcafé sobresalió como exportadora de extractos de café, y un poco de tostados, con 58 millones), mientras The Elite Flower es segunda en flores, y Banacol ocupa igual posición en banano. Todas ellas con buen comportamiento, sin acobardarse por la pandemia.  

Por su parte, precedida por dos compañías del sector plásticos que no considero “amables”, aparece por fin una manufacturera, Sofasa, muy afectada como todo el sector automotriz, con apenas US$47 millones (peor le fue a Colmotores que solo vendió 20 millones), seguida por Bel-Star, cuyos perfumes siguen vendiéndose afuera, aunque este año sus ingresos rebajarán 30% respecto al 2019. La dulce Colombina tuvo buen comportamiento exportando durante el PP 41 millones de dólares, mientras la nada dulce Uniphos se sostiene obteniendo 33 millones con sus insecticidas.  

Nacional de Chocolates ha cumplido en los cinco meses con la cuota que le corresponde para llegar al finalizar el año a los 53 millones del año pasado, y también lo hace la segunda de su sector, Casa Luker, que exportara en 2020 los 33 millones que le correspondieron en 2019.  Red Cárnica reacciona y de seguir con su ritmo actual de exportaciones de carne logrará aumentarlas más de un 20% al finalizar el año. Curiosamente, tres compañías que no son amables, pues nos robaron mucho dinero a los colombianos años atrás con una cartelización de precios -Kimberley, Familia y Tecnoquímicas- se solidarizan esta vez con similares comportamientos y resultados en exportaciones, estando la última de ellas un poco mejor que sus compañeras, pues llegará este año a un total de 25 millones.   

La muy querida empresa paisa Leonisa sigue siendo líder de un sector confeccionista que va desapareciendo como productor y como exportador, y lamentablemente, a pesar de sus 13 millones en ventas externas durante el PP, en el 2020 sufrirá una disminución cercana al 35%; C.I. Jeans, que también se resiste a la crisis sectorial, ha vendido casi 12 millones, pero en diciembre terminará con la mitad de lo logrado en 2019, lo mismo que le ocurrirá a Pat Primo, que durante el PP exportó 11,3 millones.  

Lamentablemente hay que registrar el menor volumen de despachos de la empresa reina de la gulupa y demás frutas tropicales, Caribbean Exótics, que tan solo va exportando una tercera parte del valor del año anterior de casi US$10 millones.  

Y a Fabricato la deja su antiguo presidente con unas pobrísimas exportaciones de 2,8 millones de dólares, casi que despidiéndola del mercado internacional donde años atrás fue tan exitosa, en compañía de su colega Coltejer, que solo despachó durante el PP 700 mil dólares. Una empresa que da lecciones de cómo vender un difícil producto en un difícil mercado externo, Doña Panela, podría superar este año sus ventas del anterior por valor de US$2,2 millones.  

Y finalizo con lo peor: le bajan los precios de compra de leche a los campesinos en época de pandemia, con el argumento de que existe mucha leche importada, pero no exportan, y no porque no puedan hacerlo, sino porque nunca lo han intentado. Me refiero a Colanta y Alpina con exportaciones durante el PP de 1,9 millones y 1,8 millones, respectivamente, compartiendo su miopía que no les permite ver mercados para los productos lácteos más allá de San Pedro y de Sopó. Esta es la realidad de nuestras exportaciones durante la pandemia, y a los dos virus a los que nos referimos en un comienzo podemos sumarle un tercero: el virus de los falsos positivos gubernamentales para decirnos que en comercio internacional vamos muy bien.