@UdeMedellin_
El pasado martes se llevó a cabo la Asamblea extraordinaria de la Universidad de Medellín, que tenía como fin hacer una reforma estatutaria que le permitiera a las últimas generaciones pertenecer de este organismo.
Si bien desde noviembre del año pasado se acordó delegar un grupo de seis personas que representarían las diferentes corrientes que conforman este selecto grupo, estos no pudieron llegar a un acuerdo que dejara conforme a todas las partes.
Esta columna informó que la reforma había sido acordada con antelación, pero una fuente interna le comentó a El Reverbero de Juan Paz que desde hacía mucho se sabía que se hundiría, pues un grupo minoritario quiso imponer a la fuerza muchos de los puntos que allí se proponían, lo que llevó a que las reuniones que se adelantaron por varios meses no llegaran a nada.
Si bien los asambleístas destacan que la reforma tenía aspectos importantes y necesarios, la posición intransigente de esas minorías no permitieron alcanzar un acuerdo histórico para la institución.
Al final 67 asambleístas votaron en contra de la reforma, cuatro en blanco y 26 a favor, para un total de 97 votos, teniendo en cuenta que hay tres vacantes.
Aunque algunos de esos asambleístas derrotados culpan al Rector César Guerra de no haber tenido un papel preponderante en esta reforma, nuestra fuente advierte que este proceso no era un tema del nivel administrativo sino directivo, en cabeza del presidente José María Berdugo y que, por el contrario, la rectoría brindó todos los recursos necesarios para asegurar que la asamblea se realizara sin contratiempos y los delegados votaran desde la virtualidad con total transparencia.
No podemos olvidar que la Universidad de Medellín es una institución de carácter privado y que sus elecciones se hicieron conforme a los estatutos vigentes desde 1993, acordados en su momento por fundadores y egresados. “Así es la democracia, maestro”, concluyó la fuente.
Si bien la reforma no pasó, como hubiese sido lo ideal, no podemos negar que la llegada de César Guerra a la rectoría le ha dado un aire renovador a la Universidad de Medellín y que poco a poco se ha ido ganando la confianza de estudiantes, egresados y empleados
Se espera que este traspiés no se convierta en una excusa para que la Consiliatura se vuelva en el palo en la rueda para su gestión. (Lea comunicado).
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